Se llamaba Charles Babbage. Nació en el año 1792 y fue matemático e ingeniero. Sentó los principios básicos de las computadoras modernas, como el concepto de programa o instrucciones básicas.
La computadora tiene un papá y se llamaba Charles Babbage, cuya creación sirvió como modelo para máquinas que se construyeron… ¡cien años después!
Nació en el año 1792 y fue matemático e ingeniero. Obtuvo su licenciatura en la Universidad de Cambridge en 1814. Poco después, en 1815, fundó con J. Herschel la Analytic Society con el propósito de renovar de la enseñanza de las matemáticas en Inglaterra. En 1816 fue elegido miembro de la Royal Society y en 1828 ingresó en su universidad como profesor de matemáticas.
Dicen que era una persona tan ordenada que se la pasaba alineando los libros en la biblioteca. Lo que más le molestaba era que los recaudadores de impuestos hicieran mal las cuentas. Por eso iba a desarrollar un conocido dispositivo.
En 1822 inventó una súper calculadora que nunca pudo terminar de construir. Mucho después, en 1991, se fabricó una siguiendo sus planos y funcionó de maravillas. Pero eso no fue todo. Este sabio inventó en 1835 otra calculadora –más compleja aún que la anterior–, que iba a operarse con tarjetas perforadas. Ese método se aplicó hasta no hace mucho en las grandes computadoras.
Babbage sabía de computadoras, pero también de develar secretos. A tal punto que inventó un método tan bueno para descifrar claves que los ingleses lo usaron por años durante sus campañas militares. Esa ciencia se llama criptografía (“cripto”, oculto; “grafía”, escribir). Es la que permite leer lo que está escrito de manera oculta y con otros signos. Una tarea que conocen muy bien los espías más expertos.
Charles Babbage sentó los principios básicos de las computadoras modernas, como el concepto de programa o instrucciones básicas, el uso de la memoria para retener resultados y la unidad aritmética.