En conmemoración de la sanción de la Ley N° 23.849 que aprobó la Convención sobre los Derechos del Niño, en el mes de septiembre se celebra el mes de los derechos del niño, niña y adolescentes.
Dicha Convención, creada por la Organización de las Naciones Unidas, fortaleció el reconocimiento de niños y adolescentes como sujetos plenos de derechos. A través de sus cuatro principios generales es que se incorpora al sistema legal. Estos principios son: derecho a ser oído, a la no discriminación, a la vida y el desarrollo, y la consideración primordial del interés superior del niño. Al mismo tiempo, jerarquizó una serie de derechos fundamentales como el de la educación, la salud, la identidad y la participación que son complementarios de los anteriores y muy importantes para el desarrollo de los niños, niñas y jóvenes.
La Convención sobre los Derechos del Niño es un acuerdo suscrito entre países que se han comprometido a proteger los derechos de la infancia. Este texto no solo explica cuáles son los derechos sino también establece las responsabilidades de los gobiernos para que se cumplan.
Cabe destacar que los derechos son transversales para todos los niños sin importar la raza, el lugar de vivienda, la religión, el lenguaje, el género, ni el nivel económico, entre otros aspectos.
Los adultos tienen un papel fundamental en el efectivo ejercicio de los derechos ya que deben tener siempre en cuenta el impacto de sus decisiones en la vida de los niños, es decir, el interés superior del niño es el que prima por sobre todas las cosas.
Tanto los gobiernos como las familias son responsables por el debido cumplimiento de los derechos.
¿Cuáles son los derechos?
Derecho a la vida.
Derecho a tener un nombre y una nacionalidad.
Derecho a la identidad.
Derecho a vivir con su familia.
Derecho a tener contacto con su familia si viven en otro país.
Derecho a recibir protección contra el secuestro.
Derecho a la libertad de expresión.
Derecho a la libertad de pensamiento y de religión.
Derecho a asociarse y reunirse.
Derecho a que se respete su vida privada.
Derecho al acceso a la información
Derecho a ser protegidos contra la violencia.
Derecho a recibir protección en caso de estar en situación de vulnerabilidad.
Derecho a una vida plena en caso de discapacidad.
Derecho a la salud, a una alimentación saludable y a un entorno limpio y seguro donde vivir.
Derecho a recibir educación.
Derecho a que su lengua, religión y cultura sean respetadas.
Derecho al descanso, al juego y a participar de actividades artísticas.
Derecho a recibir protección contra el trabajo peligroso.
Derecho a ser protegido contra cualquier forma de explotación.
Derecho a recibir asistencia jurídica y a tener contacto con sus familias en caso de niños que se encuentren privados de su libertad.
Derecho a ser protegidos durante conflictos bélicos.
Derecho a recibir ayuda en caso de maltrato o desatención.
Derecho a recibir asistencia y trato justo en caso de niños que hayan incumplido la ley.
En Argentina, estos derechos se plasman en la ley 26061 de Protección Integral de los derechos de las Niñas, niños y adolescentes. Tanto las familias como los organismos del Estado y la comunidad están obligados a que la ley se cumpla. Más específicamente, quienes trabajan en escuelas públicas, colegios privados y centros de salud deben comunicar cualquier violación a sus derechos a la autoridad más cercana. En el ámbito de la administración pública, existen organismos encargados de la protección de los niños/as y adolescentes como la Secretaría Nacional de Niñez, Adolescencia y Familia, el Consejo Federal de Niñez, Adolescencia y Familia y el Defensor de los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes, que asesora a los menores, a su familia y recibe todo tipo de denuncias.
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