Aún quienes no tomaron en serio su postulación anticipada, acusaron recibo del anuncio de Graciela Caselles, el pasado martes en Canal 13. La diputada nacional, que transita su cuarto mandato en el Congreso, aseguró que en 2023 será candidata a intendenta de Capital. Dijo que es decisión tomada e irreversible. Y que ya lo comunicó al presidente de su partido, Luis Rueda. La declaración provocó un sismo apenas disimulado en el Frente de Todos.
Fue sobre todas las cosas una declaración incómoda. Aunque Caselles no mencionó en ningún momento al actual intendente Emilio Baistrocchi, su prelanzamiento la puso automáticamente en condición de rival del exministro de Gobierno, quien en 2023 estará plenamente habilitado para ir por la reelección. Hay tensiones previas entre ambos, que merecen ser desmenuzadas.
Esta irrupción en medio de la desafiante campaña legislativa para el 14 de noviembre fue recibida con aspereza en Casa de Gobierno. Apenas unos días antes, Caselles había estado reunida con el mismísimo Sergio Uñac y con Rueda, para acordar el trabajo político conjunto en Iglesia, a efectos de dar vuelta el resultado adverso de las PASO. La diputada nacional se comprometió a colaborar y así lo hizo. Pero nada se dijo de 2023.
Ella sí le había anticipado a Rueda sus planes para Capital y el subsecretario de la Unidad Gobernación no la detuvo. Como tampoco lo hizo con el iglesiano Mauro Marinero, ferozmente enfrentado con el intendente de Iglesia, Jorge Espejo. Solo le pidió al caudillo cordillerano que tenga la inteligencia de dejar la disputa de 2023 para el momento oportuno, porque ahora el deber está puesto en ganar la legislativa de mitad de mandato.
Rueda tampoco le bajó las expectativas al diputado Andrés Chanampa, quien en más de una ocasión ha manifestado su vocación de ir por la intendencia de Chimbas, el populoso departamento hoy gestionado por Fabián Gramajo. Solo le pidió que espere, que no meta ruido antes de tiempo. En política dos años pueden ser apenas un parpadeo. O una eternidad.
Entonces, Chanampa blanqueó su vocación de ser. Marinero también lo hizo. Pero la ola que levantó Caselles fue diferente y es que hay mar de fondo para bucear.
Si bien el prelanzamiento de Chanampa no fue bien recibido en el municipio de Chimbas, Gramajo está concluyendo su segundo mandato y tendrá que elegir a un sucesor o sucesora –posiblemente sea la primera dama y concejal Daniela Rodríguez- por lo que el bloquista podría reclamar al menos el derecho de participar de una interna.
La disputa descarnada entre Marinero y Espejo en Iglesia es claramente un problema entre bloquistas, por lo tanto, mientras esa interna no se lleve puesta la elección legislativa del 14 de noviembre, al peronismo debería resultarle indiferente uno u otro. Al fin y al cabo, son socios políticos del Frente de Todos, pero no son justicialistas.
En el caso de Caselles, su vocación manifiesta por la intendencia de Capital causa un cortocircuito con el núcleo del uñaquismo. Baistrocchi está inscripto en ese club selecto. Desafiar al exministro de Gobierno desde ahora implica tensar la cuerda por los próximos dos años.
Mar de fondo
En el entorno del jefe comunal guardan celosamente una foto tomada el 15 de marzo de 2019. En ocasión del centenario del natalicio de Don Leopoldo Bravo, Caselles como presidenta del Partido Bloquista encabezó el homenaje al pie del monumento ubicado en la esquina de Ignacio de la Roza y Las Heras. El ‘problema’ fue que en esa ceremonia estuvo también presente el entonces intendente Franco Aranda. Ya estaba en ciernes la interna por la candidatura peronista en el distrito. La imagen adquirió un sentido político.
Entre Baistrocchi y Aranda, Graciela se tomó la foto con el segundo. Y el primero no lo olvidó, según una fuente del palacio municipal. La diputada nacional luego tuvo otros encontronazos con Baistrocchi, de carácter personal, que fueron cuidadosamente disimulados pero dejaron huella.
Caselles igualmente no mencionó ni mencionará a Baistrocchi al momento de referirse a su candidatura para 2023. Lo ha planteado como un desafío personal, a tono con una corriente bloquista que empieza a demandar lugares propios en cada uno de los 19 departamentos. Curiosamente y en la antípoda de la diputada nacional, la vicepresidenta del partido, Laura Adámoli, también dijo en Canal 13 que el bloquismo debería tener candidatos en todos los distritos en dos años.
Rueda salió a hacer equilibrio para minimizar los daños, sin plantarse en contra de sus eventuales candidatos a futuro. ‘Tampoco es un pecado decir que tienen aspiraciones’, dijo el pasado viernes en Banda Ancha (lunes a viernes de 8 a 12 por Canal 13). Pero, como lo hizo antes con Chanampa y con Marinero, también le mandó un mensaje por elevación a Caselles: ‘Primero tenemos esta elección nacional que es importante. Nos estamos jugando un montón de cosas, como partido y como proyecto de provincia’.
Acto seguido, el presidente del bloquismo igualmente se anotó entre los potenciales candidatos aunque con una dosis mayor de misterio, para no desdecirse de sus propias palabras acerca de la prioridad que revisten estas legislativas. ‘Yo también tengo aspiraciones para 2023 pero me las guardo, no las digo, porque por ahí generaría nervios’, sostuvo en joven dirigente.
‘Graciela me ha dicho que tiene ganas. Yo le dije que me parece bien. En el partido necesitamos muchos con ganas de competir. Me parece también que no hay que dramatizar’, concluyó Rueda. Nada más que agregar.
Baistrocchi contestó de manera cortante ante la consulta periodística en medio de una inauguración esta semana que terminó. Dijo que le parece bien que Caselles o cualquier otro dirigente se postule, que tiene que ver con la democracia y que no le amerita mayor análisis. Luego dejó caer la guillotina: ‘El 2023 está muy lejos, hoy tenemos que poner toda la energía en la elección que tenemos dentro de 30 días’. Esa fue la reacción de Casa de Gobierno, con nitidez.
En rigor, no fue la primera vez que Caselles manifestó sus intenciones. Pero en esta oportunidad tuvo carácter de ratificación. ‘Esto es algo que debí haber hecho antes. En la anterior estaban todas las condiciones dadas’, apuntó la diputada nacional. En 2019 le dijeron que no habría internas en Capital, aunque finalmente sí se abrió el juego y terminaron confrontando Aranda y Baistrocchi, con el resultado conocido.
La ciudad se sumergió en una disputa entre dos sectores del peronismo. Igualmente en la lista de concejales de Baistrocchi hubo espacio para bloquistas. Así entraron Alfredo Nardi y Jorge Godoy. El primero, muy cercano a Rueda y muy alejado de Caselles. El segundo, a la inversa. Todos felices. Relativamente.
En realidad el bloque bloquista del Concejo Deliberante también tuvo su momento tenso este año, en plena interna partidaria. No pasó a mayores, pero quedó manifiesto el origen de cada uno. Hoy conviven y se entienden.
Aún queda algún sector bloquista desconfiado de que Caselles esta vez esté hablando en serio. Un integrante de este espacio ruedista, en una conversación reservada, analizó que la oportunidad del partido en Capital recién se abrirá en 2027, porque Baistrocchi a todas luces tendrá prioridad en 2023 dentro del oficialismo.
Este bloquismo no casellista sostiene que el magro resultado de Frente de Todos en las PASO del 12 de septiembre en Capital de ninguna manera equivale al posicionamiento del actual intendente en la preferencia del electorado. Que hacerle interna dentro de dos años sería inviable, si tienen pretensiones de competitividad y no quieren quedar reducidos a una expresión meramente testimonial.
Acuerdo en revisión
El antecedente más reciente de los intentos que quedaron en amagues fue esta legislativa. Hasta última hora se especuló con que el bloquismo podría jugar con lista propia y competir con el peronismo. Pero finalmente se suprimió la alternativa y hubo unidad. Rueda completó la fórmula de Walberto Allende y Fabiola Aubone. Como punto de partida para 2023, puede resultar bastante sintomático del rumbo trazado hacia adelante.
Romper los acuerdos de cúpula parece inviable en esta instancia. A diferencia de Capital, el bloquismo ruedista evalúa mejores posibilidades de competir en aquellos distritos donde el peronismo hace tiempo viene con problemas y el orreguismo es gobierno: 9 de Julio, Santa Lucía y Rivadavia.
Sin embargo, en 2019 hubo tres listas justicialistas en el departamento del oeste del Gran San Juan y todas fueron justicialistas. ¿Habría margen en 2023 para que un bloquista probara suerte? La versión de que Rueda podría desembarcar en ese distrito ya generó algunos recelos en la junta departamental del PJ que conduce Ruperto Godoy. Por lo pronto, el partido de la estrella tiene referente ruedista en el concejal Walter Vazquez, cabeza del comité departamental y presidente del Consejo Profesional de Ciencias Políticas.
Capital resulta urticante para la relación de los dos socios mayoritarios del Frente de Todos. Caselles hace tiempo que no dialoga con Nardi. El concejal no quiso aparecer en público desde que se especuló con su nombre para la legislativa de este año. Tampoco ha salido a cruzarla en público a la diputada nacional tras su nuevo lanzamiento por la intendencia, como sí lo hizo a principios de año. En ese momento, aseguró que si Graciela quería ser candidata en el municipio antes iba a tener que enfrentarse en una interna con él. De aquel episodio solo quedó la polvareda, nada más.
El bloquismo tendrá nuevamente interna partidaria para renovar autoridades el año próximo. Por la última reforma de la Carta Orgánica, el mandato se extenderá por cuatro años y no por dos, como sucede hasta ahora. Quien quede al frente de la conducción tendrá la sartén por el mango para renegociar condiciones con el PJ tanto en las elecciones provinciales de 2023 como en las legislativas de 2025.
Con esta información como respaldo, algún referente bloquista del ruedismo capitalino especuló con que Graciela en realidad está jugando sus cartas para esa interna partidaria. Por el contrario, en cada oportunidad que tuvo, ella reiteró que no quiere interferir con la conducción de Rueda. Y Rueda, hasta ahora, no la detuvo. El 2023 queda tan lejos como lo permita la relatividad del tiempo en política. También puede ser un pestañeo.