Lionel Messi conducía un ataque del Paris Saint Germain ante el Olympique cuando, a los 27 minutos del segundo tiempo, un intruso ingresó a la cancha, se le acercó y obligó al referí a detener la jugada, mientras personal de seguridad corrió, tarde, a interceptar al invasor en el Velodrome de Marsella.
Los oficiales que ingresaron para atrapar al individuo fueron cerca de diez. Si el invasor era fanático de Leo, lo perjudicó porque anuló un movimiento de riesgo para el PSG. Si era hincha del Olympique, le dio una mano a su equipo. Apenas llegó a tocarlo. El argentino se puso con los brazos en jarra, decepcionado por la actitud del joven.
No es la primera vez en la que a la Pulga le pasa algo así. De hecho, le ocurrió en su última temporada en el Barcelona, en un partido ante el Mallorca, de visitante.
Las imágenes del incidente
El intruso persigue a Leo.
El invasor persigue a Leo.
Messi perseguido por el intruso
El intruso va por Leo…
El intruso le habla a Messi.
El individuo que ingresó a la cancha.
La seguridad ya retuvo al invasor.
El intruso detenido le habla a Messi.
El invasor ya detenido, con Messi adelante.
El invasor ya detenido, con Messi adelante.
El invasor ya detenido.
La orden que tienen las transmisiones en estos casos es no enfocar a los invasores para no alentar la repetición de estos episodios.
Esto ocurrió en el clásico más importante del fútbol francés, en el que la seguridad debería estar más preparada para evitar este tipo de contravenciones, que son de alto riesgo para los futbolistas. Aunque en Francia en esta temporada ya hubo varios incidentes con el público. De hecho, este mismo viernes el match de Saint-Etienne y Angers comenzó más tarde porque los ultras del local tiraron bengalas y quemaron la red de uno de los arcos.