Declaraciones, información e intuición son ingredientes de un cóctel para llegar a la verdad. Qué pasará con Sebastián Battaglia, es lo que casi todos se preguntan en el Mundo Boca a esta altura, tras la consagración en la Copa Argentina y en vísperas del cierre de año con un partido por Liga Profesional por delante (ante Central Córdoba de Santiago del Estero este sábado desde las 22 en la Bombonera) y el amistoso contra Barcelona en Arabia Saudita (el martes 14/12).
Los protagonistas se soltaron y no esquivaron el micrófono durante la celebración en Santiago del Estero. Primero fue el turno de Sebastián Battaglia, que había callado desde su última conferencia posterior al empate con Newell’s, donde hizo referencia a los casos de “intoxicación” dentro del plantel. Se marchó sin hablar luego del 1-1 con Arsenal en Sarandí y apenas compartió alguna apreciación con el cassette puesto -por obligación de la organización- previo a la final con Talleres.
Seba sacó a relucir que los objetivos del equipo (ganar la Copa Argentina, sacar la mayor cantidad de puntos en la Liga Profesional y clasificar a la Copa Libertadores) se cumplieron, aceptó que su elenco tuvo momentos buenos, regulares y no tanto, y recordó que tomó las riendas del plantel en un presente crítico luego del alejamiento de Miguel Ángel Russo. También hizo hincapié en el desgaste que genera el día a día en una de las instituciones más importantes del continente. Y cuando le preguntaron si quería seguir como entrenador xeneize, no aportó pistas. Ni sí, ni no.
“Se dicen demasiadas cosas y yo no hablé con nadie. Si no sale de mi boca no puedo estar aclarando todo el tiempo todo porque eso es muy desgastante. Yo estaba pensando en ganar y después veremos cómo sigue todo”, se limitó a decir y apuró su paso excusándose de tener que festejar para no pisar algún palito.
Uno de los siguientes invitados al escenario montado por TyC Sports, canal de la transmisión oficial de la Copa Argentina, fue Juan Román Riquelme. El vicepresidente boquense escondió la pelota como en sus mejores partidos como jugador, cuando le consultaron por la renovación del DT: “Nosotros hacemos las cosas sin darle muchas vueltas al tema. Cuando se fue Miguel (Russo), no dimos vueltas y designamos a Battaglia hasta diciembre. Después del partido con Barcelona nos vamos a sentar con el entrenador y la gente del club, vamos a analizar todo y definiremos el tema sin vueltas”.
Que Román y el Consejo manejaban algún Plan B bajo llaves es evidente, teniendo en cuenta el pasado reciente. Hay que recordar que en su momento optaron por renovarle el vínculo a Russo cuando el equipo estaba por disputar los octavos de final de la Libertadores 2020. Es decir, confiaron en el técnico independientemente de lo que podía llegar a acontecer en la Copa. Ahora, fueron más cautos y aguardaron por los resultados finales de la temporada antes de decidir por su continuidad.
Sobre esta toma de decisión, surgen muchas preguntas: ¿el Consejo considera que Battaglia dio la talla en este semestre?; ¿Riquelme asumirá el costo político de prescindir de un técnico que acaba de ser campeón?; en caso de optar por otro DT, ¿Battaglia volverá a trabajar en la Reserva o será echado? Si por algo se caracterizó Román desde que asumió como responsable del fútbol de Boca es por no hacer locuras. Prefiere los pasos cortos y firmes. Pese a la inexperiencia de su ex compañero en la conducción técnica, lo eligió como sucesor de Russo cuando las papas quemaban (a la eliminación de la Libertadores latente se le aproximaba el Superclásico por la Liga Profesional y el buen momento de River en el campeonato).
No habría razón, entonces, para creer que Riquelme se sacará de encima a un Battaglia que hizo un rápido curso de capitán de barco en tormenta y sumó una estrella a su inmenso historial de trofeos. Salvo que surja una diferencia insalvable en el cara a cara que el entrenador tendrá con el Consejo o que el propio técnico pegue el portazo, la directiva de Boca le ofrecerá renovar el contrato a Battaglia por un año más.
Una vez que se pongan de acuerdo en la cuestión contractual y emparejen el deseo de continuidad, tendrán que limar asperezas respecto a algunas cuestiones vinculadas al manejo de grupo (Riquelme aseguró no estar al tanto de lo que ocurrió con el episodio de la “intoxicación” de Carlos Zambrano, Edwin Cardona y Sebastián Villa y remarcó que fue un tema abordado por Battaglia), la renovación de algunos futbolistas, el regreso de los que están a préstamo en otros clubes y cuentan con chances de permanecer en el plantel, la llegada de refuerzos y las posibles ventas en el próximo mercado.