Después de que estallara el caso de los escraches contra supuestos abusadores en las redes sociales sanjuaninas, la Justicia decidió intervenir y actuar de oficio en el tema que levantó polvareda en la opinión pública. Como consecuencia, desde la conducción del Ministerio Público abrieron paso por resolución a las Unidades Fiscales de ANIVI y CAVIG para recibir denuncias al respecto.
Hasta el viernes por la noche no se había recibido ningún tipo de acusación y, pese a las especulaciones que había sobre la chance de que se sumaran testimonios durante el fin de semana, la situación hasta el mediodía de este lunes era la misma: sin novedades. “No hay nada de nada”, indicaron fuentes allegadas a la instrucción a Tiempo de San Juan.
Por otra parte, este diario también consultó a la abogada que representa a la joven que realizó el escrache y su respuesta fue contundente. “Hasta ahora no hemos sido notificadas de nada”, indicó Sofía Lloveras, quien habló con los medios en representación de la muchacha que se encuentra fuera del país.
Aunque los fiscales a cargo de la investigación penal no lo han señalado hasta ahora, se especula con que la joven que denunció públicamente el 8 de Marzo a sus conocidos, Agustina Naveda, sea llamada a testificar si la causa así lo amerita.
Acorde señalaron fuentes cercanas, algunas chicas habrían realizado consultas para asesorarse jurídicamente y saber qué delito estaría en juego. Sobre esta realidad, otras fuentes comentaron que quizás ninguna joven se animó a dar el paso ya sea por miedo o vergüenza, dada la alta exposición del caso.
En ese sentido es importante aclarar que cada vez que se denuncia un abuso o una agresión física de cualquier tipo, la identidad de la denunciante no trasciende. Lo cierto es que por el momento no hay denuncias formales.
La explosión del escrache
El efecto del primer escrache fue masivo y de inmediato comenzaron a llegar historias de otras jóvenes que denuncian haber vivido lo mismo en manos de los mismos sujetos, inclusive cuando eran menores de edad. Ahora, todos los involucrados tienen entre 20 y 23 años y el escrache saltó a Twitter, donde se compartieron más relatos y fotos con los rostros de los supuestos perpetradores. Las identidades de los varones protagonistas de esta historia no serán publicadas debido a que aún no hay denuncia formal en la Justicia.
La bola se hizo aún más grande porque las víctimas comenzaron a contar que el colegio privado al que asistían este grupo de jóvenes tapó toda la situación y nadie intervino para ayudarlas.