“No sé si matarme o escaparme de la casa”. Eso fue lo que le escucharon decir a esa adolescente que vivía atormentada en su casa por los supuestos abusos de su padrastro, que fue mamá a los 12 años producto de esos ultrajes y permanecía encerrada en su casa por decisión de su madre y ese sujeto.
El caso salió a luz el viernes último. El sujeto, que es agente penitenciario, fue detenido ese mismo día en horas de la noche y este lunes un juez de garantías le dictó la prisión preventiva por el plazo de 2 meses.
El sospechoso, de 49 años, es un cabo primero del Servicio Penitenciario Provincial con 15 años de antigüedad. La ayudante fiscal María Isabel Marsiglia y el fiscal Raúl Iglesias de la UFI del Centro ANIVI pidieron que se lo investigara por el presunto delito de abuso sexual con acceso carnal reiterado, agravado por la condición de guardador y la situación de convivencia. Es que el hombre era el padrastro de esa chica que hoy tiene 14 años, a la cual supuestamente sometió sexualmente desde que ésta tenía 10 años y la embarazó a los 12. El sospechoso convivía con la mamá de la jovencita de hace tiempo y en ese contexto se habrían dado los ultrajes.
La niña fue mamá en noviembre de 2020. La fiscalía aseguró que, de acuerdo a los datos recolectados, la madre de la adolescente la llevó a dar a luz a Mendoza para que ningún vecino o conocido se enterara del nacimiento de la beba. Después las trajo de vuelta a San Juan. La pareja daba dos versiones: a la familia paterna –el padre se separó hace 10 años y reside en otra provincia- le decían que esa recién nacida era fruto de una relación de la niña con un chico de 15 años de San Luis. Y a la gente del barrio y otros conocidos, les aseguraban que la beba era adoptada porque ellos no podían tener hijos y era la hermanita de la niña de 12.
Así supuestamente ocultaron la maternidad de la niña y los abusos sexuales que sufrió durante años. La fiscalía también reveló que la adolescente permanecía encerrada en su casa en Capital y que, si salía, lo hacía por no más de media hora, siempre controlada por su padrastro. Al parecer, los ultrajes continuaron. Hasta que un día la niña se juntó con sus vecinitos y les dijo asustada: “No sé si matarme o escaparme de la casa”. Uno de esos chicos luego le contó todo esto a su mamá y esa vecina fue la que llamó al 102 solicitando ayuda para la adolescente.
Eso fue la última semana. Una asistente social fue al domicilio y habló con la madre de la adolescente, quien quiso hacerle creer que la beba era su hija. Después reconoció que la pequeña, en realidad, era de su hija de 14 años. Cuando la profesional habló con la chica, conoció la verdad: la adolescente le confió que tuvo esa beba como consecuencia de los abusos de su padrastro y estaba amenazada para que no hablara.
La asistencia social retiró a la adolescente y su beba de la casa y la trasladó a la casa de su tía paterna. Fue ahí que la chica le reveló a esta señora que su padrastro la abusaba y que ese hombre era el papá de su beba. El viernes último se radicó la denuncia en la UFI del Centro ANIVI. Esa misma jornada, la ayudante fiscal Marsiglia y el fiscal Iglesia pidieron la detención del cabo primero del Servicio Penitenciario.
Este lunes por la tarde, la UFI formalizó el pedido de investigación y dio un detalle de todas las posibles pruebas contra el sospechoso. También solicitaron 8 meses de prisión preventiva. El imputado se negó a declarar, mientras que el defensor oficial Alejandro Martín García consideró que, en base al principio de inocencia, la falta de antecedentes y la actividad del penitenciario, correspondía que le otorgaran la libertad mientras avanza la investigación. Sin embargo, el juez de garantías Matías Parrón hizo lugar al pedido fiscal, dispuso 6 meses para la investigación penal preparatoria y ordenó que el guardiacárcel continúe alojado en la Seccional 3ra con prisión preventiva por el plazo de 2 meses.