El Día de la Memoria, la Verdad y la Justicia encontrará, otra vez, divididas a las dos figuras del gobierno Nacional.
Si bien Cristina no anunció aún que participará del acto en Plaza de Mayo, Máximo Kirchner con La Cámpora llamaron a una movilización multitudinaria.
Junto a La Cámpora caminarán, desde la ESMA hasta la Plaza, una veintena de agrupaciones del kirchnerismo. Al frente irán Máximo Kirchner, figuras importantes del gobierno como el ministro del Interior Wado de Pedro, y las titulares de ANSES y PAMI, María Fernanda Raverta y Luana Volnovich. También estarán a la vanguardia de la movilización un puñado numeroso de legisladores nacionales.
Por otro lado, Alberto Fernández declinó la invitación del gobernador riojano Ricardo Quintela y concentrará su actividad en Buenos Aires.
A las 10 de la mañana entregará los legajos reparados a familiares de ocho investigadores del CONICET que fueron detenidos y desaparecidos. Además, reconocerá a los que dentro del organismo fueron cesanteados, exonerados, exiliados, dados de baja e impedidos de continuar con sus investigaciones por disposición del gobierno genocida.
Tres datos de pura actualidad abonan a que la jornada histórica esté copada por la coyuntura.
-Desde La Rosada temen un mensaje muy duro de Máximo y La Cámpora, con un giro en torno al legado de los detenidos desaparecidos, y su enfrentamiento a los poderes reales, aquellos que, según interpretan, pactaron con Alberto Fernández.
-Toma cada vez más fuerza la versión de que llegaría una nueva carta de CFK. Después de cada misiva vicepresidencial el gobierno tuvo que enfrentar remezones importantes.
-El tercer punto es una versión más arriesgada aún, que significaría la materialización del quiebre definitivo al interior del Frente de todos: podría haber renuncias importantes en el Gabinete y los más altos cargos del funcionariato nacional, ocupados por kirchneristas.
Si en este jueves se marcarán diferencias entre los dos espacios oficiales, las reuniones de Alberto y de Cristina de las últimas horas son la representación misma del antagonismo. Mientras el Presidente se reunía de manera virtual con Kristalina Georgieva, la titular del FMI que el viernes podría rubricar el acuerdo con el FMI que sancionó el parlamento nacional, Cristina visitó y recorrió la casa de las Madres de Plaza de Mayo. Allí mantuvo un encuentro de casi media hora con Hebe de Bonafini, la representante del ala más dura de los organismos de DDHH y acérrima opositora al gobierno de Alberto Fernández, contra el que días atrás llamó a un “paro general”.