La aparición de Javier Milei parece haberle caído como anillo al dedo a Mauricio Macri que, obligado a mudar su discurso político y económico más a la derecha para retener votos que por ese costado pudiera birlarle el libertario, puede expresar, sin ambages, lo que realmente piensa y cree.

La declaraciones de un político opositor, ¿podrían detonar la alianza cambiemita?

Su víctima de las últimas horas fue nada menos que la Unión Cívica Radical, el centenario partido de Alem e Irigoyen que le dio, en las presidenciales del 2015, lo que Mauricio Macri no tenía para ganar, una extensa infraestructura territorial.

Una sentencia en la política argentina es que en cualquier pueblo hay una iglesia, la municipalidad, y un comité, como se llaman los locales partidarios de los radicales.

Los orígenes del radicalismo, un primario populismo personalista, tienen poco que ver con el discurso que hoy sostiene ese espacio junto al PRO, y con la génesis del macrismo, que parece más inspirada en el PAN (Partido Autonomista Nacional) de Julio Argentino Roca.

Esta contradicción, finalmente, y pese a que muchos de los dirigentes del radicalismo han adoptado ideas de derecha sin mayor problema, parece estar saliendo a flote.

Las últimas declaraciones de Mauricio Macri son una bajada de línea a su dirigencia que insta a diferenciarse de algunos socios de la alianza con respecto a la respuesta a algunas iniciativas legislativas que, casi como un acto reflejo el centenario partido político apoyó, y que, en la visión macrista, aumentan el gasto público de manera incorrecta.

Entre esas iniciativas parece referirse, ya que es la única que apoyo la oposición últimamente y que significa una fuerte erogación de recursos del estado, a la ley que garantiza el acceso universal y gratuito al tratamiento del VIH, hepatitis virales, tuberculosis e infecciones de transmisión sexual (ITS) garantizado por el sistema de salud público, las obras sociales y la salud privada.

Ya días atrás, Macri había pedido a sus dirigentes “diferenciarse del radicalismo” para no votar proyecto que generen gasto público, “o vamos a pagarlo electoralmente”.

Desde el soleado Estado de Florida, el ex presidente señaló que “el PRO vino a cambiar el sistema, al que no le gusta tiene que entender que ese es el origen de nuestro espacio y no podemos permitir que el status quo nos gane”.

Para Macri, la unidad ya pasó a un segundo plano: “El cuidado de las instituciones, con un kirchnerismo que avanzaba, era muy importante. Eso nos mantenía en la unidad. Ahora tenemos la responsabilidad de ser el cambio y darles propuestas de soluciones a los argentinos”.

Y repitió una idea que lanzó en una reunión de Gabinete porteño que, increíblemente, pareció dirigir él y no el intendente de CABA Horacio Rodríguez Larreta: “La unidad por la unidad misma no sirve si no representamos el cambio”

“Sostuve la unidad en la construcción de este espacio político y cuando fui Presidente la prioricé por encima de muchas de mis ideas. Ahora no podemos ir hacia un lugar que seamos un siga-siga y no un cambio real para la Argentina”, concluyó.

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By Diario Gral. Belgrano

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