Libertad, el término absolutos, si es posible con la palabra incluida en la marca. Esa acepción aplicada al modelo económico es la que parece funcionar también en el bordado político, provincias y San Juan incluida: sin órdenes superiores, sin liderazgos designados y sin estrategia diseñada. Así como fluya, al calor del fenómeno Milei que baja desde los medios porteños, sólo con esa estampita. Un tanto anárquico, es cierto, por fu falta de organicidad. Pero útil para ir subiendo a todos los interesados. Después se verá.
Hasta ahora, se les presenta un horizonte que vendrá con alteraciones en el año largo que queda de armado. Todos ellos juntos portarán la antorcha de Milei en la próxima presidencial, eso seguro. Con incertidumbre sobre la suerte a correr: puede que en agosto del 2023 sean la gran atracción, como puede haberse desinflado el globo. Quién lo sabe: sólo en el último mes, la imagen de Milei se derrumbó como coletazo de los tropezones mediáticos de la venta de órganos y de bebés, pero luego volvió a repuntar al mismo ritmo que sube el dólar.
Pero un tiempo antes aplicará el turno de San Juan. Sin precisión sobre la fecha, es una certeza para todo el ámbito político. Seguro que antes. ¿Cuánto antes? Miles de depende. Pero lo cierto es que para esa fecha –pongamos junio, a 11 meses vista-, deberán haber alumbrado una fórmula local que los represente. Puede allanarles el camino el sistema, si es que hay Paso o Lemas y se pueden presentar dos o tres a la vez, entre todas las vertientes de Milei en San Juan. Nada es seguro.
Las agrupaciones dispersas hoy del mileísmo sanjuanino –con perdón del neologismo- podrían reagruparse fácil si los ayuda un sistema electoral hoy desconocido. O deberán hacerlo a la fuerza si no los ayuda, por caso con internas partidarias. Se irá viendo.
Por ahora, ya hay varios que empiezan a juntarse. Tres expresiones nacidas de manera espontánea y por separado desde las redes o la calle, ya comenzaron a ponerse espalda con espalda en búsqueda de lo más importante: la inscripción de un partido provincial que les permita salir a la cancha sin pedir permiso. Si no, deberán pagar peaje a un partido ya inscripto, delicias de la política convencional que cuestionan pero a la que se deben allanar.
Así, Acción Liberal, representado por Gastón Briozzo, Republicanos Libertarios, con Carlos Montiveros y Fuerza Liberal, de Federico Fernández y Nicolás Segovia juntaron los trapos e inscriben juntos a Unidad Liberal. Llevan ya más de 1.300 afiliaciones, tienen que alcanzar el doble en un par de meses, para lo que levantan fichas en el Parque de Mayo o la plaza 25.
Seguramente, desde allí surgirá un postulante a validar credenciales de Milei en la elección sanjuanina dentro de un año. Sumados o por cuerda separada de otros dos grupos de la misma especie, mileístas natos. Como el Partido Demócrata, la plataforma del propio Milei en Capital que le permitido llegar al Congreso y se va armando también en San Juan, o el Partido Libertario, encabezado por Yolanda Agüero y que anda por las calles sanjuaninas con una movilidad ploteada con el león buscando afiliaciones propias.
Pero hay otra usina de influencia de Milei en San Juan, tal vez la más importante. Porque los que hacen contacto con el libertario y su reducido grupo de conducción –su hermana y el periodista Carlos Kikuchi- es la gente de ADN, la coalición que en la última elección líderó a Consenso Ischigualasto (CI), con excelente resultado en el último turno arañando el 9%.
Pero ahora, los dinosuarios no aparecen como un bloque unificado hacia la próxima elección, sino que cada uno hace su juego: puede que queden todos juntos o que haya dispersión. Con la imagen de Milei como divisoria de aguas, veamos uno por uno.
ADN fue la cabeza del grupo, desde la conducción de José Peluc, el factor de discordia con Juntos por el Cambio que le adjudicaba roce con el oficialismo para rechazar una alianza opositora absoluta. No cambiaron mucho las cosas entre ellos y el grupo liderado por Marcelo Orrego, por lo que ADN está decidido a encabezar la variante de Milei en San Juan, separado de JxC.
Peluc es el principal contacto con Milei. Luego aparece Martín Turcumán, quien coqueteó con López Murphy pero se las ingenia para defender al libertario, tarea nada fácil en ocasiones. Son una fija en ese espacio.
A Marcelo Arancibia, el entonces primer candidato a diputado de esa buena perfomance, no le cae muy simpático Milei. Representa en San Juan al partido de Margarita Stolbizer, dentro de JxC a nivel nacional. Su grupo busca ingresar a la formación de Marcelo Orrego, pero no de cualquier manera. Hay una negociación pendiente, llamados que aún no se producen. Puede salir pato o gallareta.
Alfredo Avelín y la Cruzada Renovadora, los otros sueños de una cuotaparte importante de CI, también son una incógnita. Primereó rápido con un cierre con Milei que rápidamente saltó a las fotos de los diarios. Así de rápido fue también como se esfumó, cuando aparecieron los tropezones de Milei sobre los órganos y los niños. Y cuando recrudecieron los cuestionamientos de su hermana Nancy, carta electoral importante y crítica del espacio donde había abrevado rápidamente sui hermano.
Por eso Alfredo deshizo públicamente lo que había formalizado antes, el acuerdo con Milei. Pero igual, los que lo frecuentan saben que no está dicha la última palabra. “Muy pronto para haber cerrado y muy pronto para haberse ido”, grafican en las cercanías de CI el rápido anuncio de acuerdo de la Cruzada y su intempestiva salida.
Igualmente, a esa novela parece faltarle algún capítulo, sino una temporada entera. Lo que se dice es que hay un llamado pendiente, se imaginaban en San Juan una reacción al portazo desde Buenos Aires, que no ocurrió. Y a medida que Milei vuelve, otra vez habrá chances. Lo siguiente será convencer a Nancy, hay confianza con que eso ocurra.
Falta mucho y falta poco, ambas cosas a la vez. Las definiciones llegarán rápido, si es que las circunstancias no las vuelven urgentes.