Tamara Rubilar, bióloga e investigadora del Conicet y Lucía Barja, ingeniera química en alimentos, desarrollaron un suplemento dietario a partir del erizo de mar.
Se trata de un suplemento líquido con vitamina B, que fue hecho a partir de huevos no fecundados de esta especie. La idea surgió en 2016, tras varias investigaciones realizadas en la materia.
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En diálogo con TELAM, Barja explicó: “Existen antecedentes en Rusia de la elaboración de un fármaco antiinflamatorio para tratar cardiopatías en base a los espinocromas. El problema es que para obtenerlos, sacrifican y procesan toneladas de erizos de mar. Nosotras lo hacemos en forma más eficiente y sustentable ya que con una población de 2 mil erizos criados en estanques, obtenemos hasta 500 veces más espinocromas”.