“Vengo a ayudar a la Justicia. Justicia por Fernando”, afirmó Guarino cuando arribó junto a su padre pasadas las 8.30 al palacio de Justicia de Dolores donde prestó su declaración como testigo junto –entre otros- a la de Alejo Milanesi, el otro joven que fue sobreseído durante la etapa de instrucción por falta de mérito, quien también ya está en los tribunales y también aseguró que declarará “para hacer justicia”.
La audiencia comenzó con demoras, ya que el abogado Fernando Burlando llegó tarde por problemas de tránsito. Apenas comenzó dijo cuál era su relación con los acusados y relató qué hicieron ese día, antes y después del crimen de Fernando.
“Que yo me acuerde, nos levantamos tarde porque el día anterior habíamos salido y había mucha gente en Le Brique, por lo que no pudimos salir. Igual nos acostamos tarde, así que nos levantamos tarde y fuimos a la playa. De ahí volvimos a la casa, nos cambiamos, nos bañamos, nos preparamos y yo he hablado con una compañera de colegio, que hacían una previa. Entonces los invité a los chicos”, dijo.
“Fuimos a esa previa, ya habíamos comprado las entradas para Le Brique. Ellas iban a ir a Pueblo Límite que me habían invitado pero como tenía la entrada fuimos a Le Brique. Estaba igual que la noche anterior: muy lleno de gente. Me acuerdo que yo esperé a entrar y como no lo veia posible dije: “Me voy”, hasta que pudimos entrar por alguna puerta. Despues fue normal la noche, no me acuerdo cuánto estuvimos hasta que yo estaba parado en las escaleras de la pista de abajo”.
Luego, continuó: “Veo que cerca mío, en la barra, están Maximo Thomsen y Matías Benicelli discutiendo con unos dos chicos. Después me entero que fue porque les habían tirado un vaso, no sé. Después de eso hay una avalancha de gente, me caigo a la pista y se hace una ronda gigante y veo como estan sacado a a Máximo y a los otros del boliche. Ahí pensé: “No me voy a quedar solo, a mi nadie me saca” y me voy”.
Sin embargo, Guarino dijo que se enteró de que la discusión se trataba de una bebida derramada “por los medios” y aseguró que “no” lo habló con sus compañeros. Sobre el momento en que Thomsen y otros son echados del boliche, relató: “Vi un poco y después caí en la pista. Cuando me levanté ya se los estaban llevando, no sé si ellos habían decidido salir. No vi cómo los sacaban, vi videos después. Yo salgo por decisión propia. Un poco más tarde que ellos… A mí nadie me saca”.
“Salgo y veo a mi izquierda que Luciano Pertossi se estaba peleando con otro chico. Él cruza y voy a ver cómo estaba él. Me acuerdo que en una parrilla en diagonal, con unos bancos lo siento, y le pregunto como estaba. En eso viene Ciro Pertossi y luego escucho gritos a mi derecha, Luciano y Ciro se levantan y se van. Yo imaginé que iban a pelearse de vuelta y no lo podía creer. Por lo que yo miro, veo a todos los otros los perdí y veo a Máximo Thomsen y a un chico tirado en el piso que después me entero de quien era. Me lo entero al otro día y cuando vi eso no lo podía creer me enojé muchísimo y me fui”.
Luego, explicó por qué se fue: “Habíamos ido de vacaciones a pasarla bien, ellos ya se habían peleado otras veces. Yo había hablado con mi mamá y mi novia que si volvía a pasar yo me iba a volver de la vacaciones, por eso digo que no lo podía creer”.
Sobre otras agresiones protagonizadas por los acusados, dijo “no tenían nada de diferente, nunca me gustó” que se le pelearan, “nunca lo pude creer”. Sin embargo, ante la pregunta de Burlando, aseguró que no vio ningún golpe que le hayan dado a Fernando, pero dijo que “sintió vergüenza” al verlos entrar en una nueva pelea. Luego, afirmó que si se peleaban en Zárate “podía irse a su casa”, en Villa Gesell, “no”.
Sobre el momento posterior al crimen, “No los encuentro, ellos me encuentran llegando a la esquina, que luego los detiene la Policía en un supermercado… Yo iba caminando, los detuvo la Policía y como yo no había participado, seguí caminando. Seguía sin creer lo que estaba pasando, seguía enojado entonces no vi mucho”.
-“¿Escuchaste algún festejo posterior al asesinato de Fernando?”, preguntó Burlando.
-“No, iba como en la mía tratando de procesar todos esto, que se habían peleado. Yo ya había hablado con mi mamá y mi novia”, respondió.
-“¿Estás enemistado con ellos?”, siguió el abogado.
-“No sé si enemistado, pero intenté cortar todo tipo de relación. Pude hacerlo cuando salí” del penal de Dolores, respondió. “No con todos tenía una amistad íntima. Tenia mas amistad con Ciro y Luciano Pertossi”, siguió. De Máximo Thomsen dijo que jugaban juntos al rugby y que algunas veces, “nos juntábamos en alguna juntada. A Blas Cinalli lo conozco por lo mismo y porque iba a la misma escuela”.
Tras estas palabras, se proyecta un video en la sala, imágenes de la Avenida 3 de Villa Gesell, donde se ubica Le Brique. Guarino es invitado a señalar en la pantalla con un puntero ante preguntas de Burlando. Señala el lugar donde podría haber ocurrido la pelea “Supongo que fue acá”, apuntó.
Y luego explica: “Luciano cruza la calle y acá adentro -señala el restaurant Cipriany- hay unos bancos con unas meses y lo siento. Estaba exaltado porque se había peleado. No recuerdo cómo estaba vestido”.
En la secuencia, el testigo identifica a Lucas Pertossi: “Recién vimos que estaba vestido así”, dijo y lo señaló. “Ese parece Blas”, agregó. “A Luciano no lo veo”, dijo. “Por el porte y la camisa, parece Enzo Comelli”, marcó también. “No veo bien, pero este parece que tenía colita, como Mati Benicelli”, siguió.
El fiscal Juan Dávila tomó la palabra. Le preguntó si se ubica a él mismo en la escena, algo que negó. Tampoco pudo distinguir a Máximo Thomsen y a Ciro Pertossi.
En un momento, Guarino se detuvo. “No quiero ver más, perdón”, pidió al Tribunal N°1.
Burlando vuelve a tomar la palabra y le pide que marque la conducta de Luciano Pertossi en la secuencia.
Guarino, que antes dijo que no lo había visto, responde: “¿Puede ser que se va? Está siguiendo a otros”.
“No, no hace eso”, dice Burlando.
La jueza Claudia Castro le dice a Burlando que no direccione las respuestas y le pregunta a Guarino si está prestando atención al video “porque veo que a veces bajás la vista”. Guarino vuelve a mirar la secuencia y dice sobre Luciano: “Primero parece que se agacha, se levanta y después lo pierdo”.
Tomei repregunta por Luciano Pertossi: “Parece la vestimenta”, responde Guarino.
Le consultan por las pruebas obtenidas de los celulares, que según la fiscal Verónica Zamboni, que investigó el caso, no lo complicaron:
Antes de finalizar, Guarino pidió la palabra: “Mis condolencias a la familia, nunca pude hacerlo, fue por respeto y quería que vieran que ya no estoy en la causa y que es sincero, y que todos los días desde que pasó me pregunto si podría haber hecho algo para que no pasara”.
Afuera, enfrentó a los medios y lloró desconsoladamente. “Quiero justicia por Fernando, que paguen por lo que hicieron”.
Fuentes judiciales confirmaron a Télam que para la 11va. audiencia en los Tribunales de Dolores, ubicados en Belgrano 141, fueron citados ocho testigos, entre ellos Juan Pedro Guarino y Alejo Milanesi, dos jóvenes que veraneaban en Villa Gesell junto a los ahora ocho imputados, quienes en un primer momento también fueron detenidos y que, con el avance de la causa, quedaron sobreseídos por falta de pruebas en su contra. Fuentes cercanas a la acusación dijeron a Télam que Guarino y Milanesi enfrentarán una declaración “muy delicada”, ya que al ser citados como testigos tienen la obligación de decir verdad y con sus dichos podrían incriminar a sus amigos o bien autoincriminarse, lo que obligaría al tribunal a suspender sus testimonios ya que nadie está obligado a declarar contra sí mismo.
Otro testigo clave de la jornada será Tomás Ítalo Colazzo, amigo de los imputados y quien fue señalado como “sospechoso número 11” por el abogado Fernando Burlando, quien representa a los padres de Báez Sosa como particulares damnificados.
“En el caso de Colazzo, también es una situación compleja, por las mismas razones que los dos jóvenes que fueron sobreseídos, a las que se suma que él nunca fue parte de la causa, nunca brindó declaración ni fue interrogado o intervino en el marco de una actuación judicial que puede ser exigente emocionalmente”, explicó a Télam el vocero judicial.
La lista de testigos incluye a Santino Franco Massagli, José Aníbal Leguiza y Juan Ignacio Neme Correa, tres amigos de Blas Cinalli, uno de los ocho imputados, con quienes intercambió mensajes escritos y de audio por la aplicación WhtasApp tras el hecho, entre ellos.
Por último, declararán bajo juramento de decir la verdad ante los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 1 las madres de Máximo Thomsen y de Blas Cinalli.
Rosalía Zárate, madre de Thomsen, quien era funcionaria de la Municipalidad de Zárate y que renunció tras la imputación de su hijo, será el primer familiar de un imputado en declarar como testigo.
En tanto, María Paula Cinalli, madre de Blas Cinalli y tía de Luciano y Ciro Pertossi, será la otra madre en sentarse frente a los jueces María Claudia Castro, Christian Rabaia y Emiliano Lázzari.
Fuentes de la fiscalía informaron que los padres y madres de los acusados que brindarán testimonio entre lunes y martes son ‘testigos de concepto’, y que será la defensa -que los convocó a declarar- la que se encargará de demostrar en el juicio cual puede ser el valor de sus eventuales aportes respecto del hecho analizado en el fallo.
Según el artículo 234 del Código Penal Procesal bonaerense, los padres y madres no pueden declarar contra sus propios hijos, por lo que se cree que la parte acusatoria no les va formular preguntas durante el interrogatorio.
Los ocho imputados -Máximo Thomsen (23), Enzo Comelli (22), Matías Benicelli (23), Blas Cinalli (21), Ayrton Viollaz (23), y Luciano, Ciro (22) y Lucas Pertossi (23)- también estarán presentes, al igual que desde la apertura del debate oral.
NB con información de agencia Télam.