Según la Federación Argentina de Empresas de Trabajo Temporario (FAETT), un colaborador que se siente feliz con su empleo es un 50% más productivo. Se compromete en un 30% más con la organización, está un 10% más motivado y se identifica con los valores de la empresa un 10% más. Con estos números vamos a darle las claves a los empleadores para que tomen nota y hagan de sus empresas lugares felices.
En un mundo de cambios constantes, de crisis económica y de valores, gestionar los recursos humanos y la felicidad en la empresa para que los colaboradores cada día estén más motivados y felices no es tarea fácil.
La felicidad laboral es lograr el bienestar de los empleados en una empresa a través de un equilibrio en aquellos factores que hacen feliz al empleado como son un buen clima laboral, flexibilidad, un cómodo espacio de trabajo, motivación, oportunidad de desarrollo profesional, reconocimiento del trabajo, estabilidad laboral, bienestar y cultura corporativa.
Que exista felicidad en el trabajo es el arma más potente de las empresas para lograr atraer y fidelizar talento en un mercado de trabajo donde el sueldo ya no es una prioridad, solo un factor más.
La felicidad laboral está directamente relacionada con disfrutar del trabajo que se realiza, sentirse orgulloso de la empresa, y trabajar con gente con la que exista una buena relación. El concepto de Felicidad Laboral indica la presencia de alegría, motivación, predisposición de trabajar en una compañía que cumple con las expectativas y necesidades del trabajador, ya que en ella se pasa la mayor parte del día.
- Indicios de felicidad laboral
- Tener amigos en el trabajo
Solemos desear trabajar con personas cercanas, a las que respetamos y con quien nos gusta interactuar, dialogar y tratar. Trabajar rodeado de amigos dulcifica la ejecución de las tareas y mantiene nuestra motivación y pro actividad. Hay que tener en cuenta que el trabajo ocupa gran parte de nuestras vidas y hacerlo rodeado de gente amiga es mucho más ameno.
- Disfrutar ayudando a los compañeros
Es muy recomendable preocuparse por la consecución de los objetivos de todos los miembros del equipo ya que su alcance repercute en el bienestar de todos. Tomar consciencia de los objetivos de los demás, adoptándolos como propios, es un hábito muy valorable. “Ayudando a otros te ayudas” es un lema que motiva a ser generoso con los demás.
- La jornada laboral se hace corta
La predisposición, la actitud y el compromiso generan vocación laboral y hacen que se disfrute con las tareas ejecutadas. Que el tiempo vuele, que llegue de forma casi imperceptible la hora de marcharse a casa, es un síntoma inequívoco de que se disfruta con el trabajo.
- Faltar al trabajo como indicio de preocupación
El compromiso con el equipo es tal que, faltar al puesto de trabajo, supone un fastidio personal. La implicación sincera y auténtica con el equipo crea un vínculo emocional y laboral tan intenso que, la persona que se ausenta, siente que falla al equipo y tiene la sensación de descompensar el funcionamiento habitual de la clínica.
- Los lunes no son un problema
Si vienen a todos nos gustan los fines de semana, un síntoma evidente de felicidad laboral en una empresa es que el trabajo no se siente como una carga, sino que entretiene, motiva e incentiva, por eso cuando comienza una semana no existen malas caras ni desánimo por empezar una nueva semana laboral. Los fines de semana sirven para recargarlas energías para que los lunes supongan tan sólo afrontar nuevos retos y metas por cruzar.
- Buscar el éxito común más que el logro individual
No sentir la necesidad de destacar de forma particular sino disfrutar consiguiendo logros colectivos que se pueden compartir con los compañeros.
- Avanzar, ir siempre hacia adelante.
El optimismo, el afán de superación, el clima agradable y la calidad en el trabajo son fundamentales para culminar las expectativas de todos los miembros de un equipo además de servirles de motivación para la consecución de sus objetivos.
- Los inconvenientes no perjudican su trabajo
Es evidente que en el trabajo surgen conflictos y el ambiente no siempre es ideal pero, afrontar las contrariedades con humor y empatía sirve para relativizar, canalizar y mantenerse centrado en los problemas que realmente importan.
- Encontrar soluciones en vez de plantear problemas
Reunirse con los compañeros para afrontar las dificultades proponiendo ideas de mejora que ayuden a solventar problemas en lugar de criticar y recalcar los aspectos negativos es un hábito que todos deberíamos tomar como ejemplo. Mejor ser proactivo, resolutivo y positivo que conformista y destructivo.
- Saber qué y cómo hacer las cosas como valor diferencial
Sentirse parte de la organización en la que se trabaja, entender, compartir y vivir su filosofía además de seguir los protocolos de actuación es la vía para sentirse cómodo y útil en la empresa. Hay que ser conscientes del potencial de cada uno y saber cómo contagiar y motivar a los compañeros con quien se trabaja para sacar lo mejor de todos.
- Pasos a seguir para tener empleados felices
Conseguir que tus empleados sean felices trabajando no solo mejorará el ambiente de la empresa, sino que sentará una buena base para crear mejores equipos y aumentar la productividad.
La clave es dar con una dinámica que te permita implementar los siguientes pasos:
1.- Mejora la comunicación interna
Optimizar la comunicación interna no es sinónimo de poner más reuniones. Ni tener que compartir todos y cada uno de los procesos que llevan a un trabajador a terminar un proyecto.
Puedes solucionar este problema fijando, por ejemplo, una reunión semanal con un orden del día acotado y que establezca los objetivos a corto, medio y largo plazo.
También son recomendables los chats internos, los e mail cortos sin tantas cadenas y la comunicación concisa y directa.
2.- Escucha al colaborador
Es recomendable introducir los one-to-one. Reuniones individuales entre el trabajador y el superior directo de este. Como un modo de dar feedback bidireccional entre superiores y subordinados.
Esto mejorará los procesos internos, guiará a los colaboradores, y solucionará sus dudas en cuanto a responsabilidades. El feedback ayuda al trabajador a desarrollarse y evolucionar dentro de la empresa. Cuando lo des, no te centres en lo negativo, piensa racionalmente en el problema si es que lo hay y sé claro.
Hazte un hueco y escúchalo no solo laboralmente sino personalmente, eso te facilitara saber que le pasa internamente y generara cercanía.
3.- Implementa un horario flexible
Ofrecer flexibilidad horaria en la empresa es una manera más de demostrar a tus colaboradores que confías en ellos. Resaltamos este punto porque los tres aspectos que más incitan a la felicidad en el trabajo son el optimismo, la adaptación, y la flexibilidad, y esta última supone un 50% del total.
4.- Da responsabilidades
Tener pocas responsabilidades es tan malo como tener demasiadas. Cuantas menos responsabilidades tengan los trabajadores más perdidos se sentirán en sus puestos de trabajo. Y se implicarán menos con la empresa.
Cuando hablamos de responsabilidades, también nos referimos a objetivos. Marca metas que sean claras, realistas y medibles. Si el empleado no tiene un propósito (o no sabe cuál es), puede perder su motivación por el trabajo que está realizando.
Además, deberías darles capacidad de tomar decisiones. Si no lo haces, sentirán que no confías en ellos. Y, siempre que puedas, convierte aquello que los trabajadores encuentran tedioso en algo divertido y dinámico. Si lo haces, fomentarás la colaboración y mejorarás su rendimiento. ¿Tu empleado consigue cumplir un objetivo? Recompénsalo de alguna manera, reconoce su mérito. Así se sentirá realizado y partícipe de los logros de la empresa.
5.- Lo que realmente marcará la diferencia
Los colaboradores son personas y, luego, trabajadores. Por ende quieren lo que queremos todos: sentirnos valorados. Para conseguir que tu empleado sea feliz en su puesto de trabajo no tienes que gastarte dinero en una mesa de ping pong. Sino fijarte en cómo es tratado por sus jefes y compañeros.
Las empresas en las que cualquier proceso necesita que diez personas lo validen, tendrán empleados que creen que sus superiores no confían en ellos. Si el trato al trabajador es distinto dependiendo de su edad, experiencia, nivel de estudios, sexo o categoría de trabajo. Este sentirá que no se está siendo justo con él.
Si un empleado sabe que sus superiores no escuchan sus aportaciones, ni sus preocupaciones, ni sus consideraciones, tampoco se sentirá valorado.
Ya no tienes excusa para no tener a tus colaboradores felices y realizados. Recuerda que los beneficios ayudan muchísimo pero no lo son todo; una buena comunicación, el reconocimiento por el trabajo bien hecho y el escuchar con interés son claves para cualquier relación humana, ¿por qué no iba a serlo para tu equipo?
Anímense a hacer estos cambios señores empresarios. Anímense señores colaboradores a proponerlos, porque la si la empresa va bien, ira bien para todos, y si va mal también será un mal para todos. De las crisis se sale todos juntos remando en la misma dirección, con alegría, dialogando y proponiendo alternativas para conseguir ser más felices en un momento crítico para las empresas y muy difícil para los trabajadores.
Carlos Fernández
Coach y Psicólogo.
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