Todo San Juan llora a una mujer que es símbolo de la lucha de los derechos de las mujeres dentro y fuera de la Policía, donde llevaba “los pantalones bien puestos”
Escritoras, científicas, actrices, políticas o policías, entre otras muchas profesiones. Las mujeres han desempeñado a lo largo de la historia un papel fundamental en el desarrollo de los acontecimientos. Grandes revolucionarias que día a día, rompieron con lo establecido en cada uno de sus campos y también, en la sociedad. Mujeres valientes que abrieron el camino a tantas muchas otras que, en su lucha por la igualdad, han hecho del mundo un lugar más justo e igualitario. Un claro ejemplo de mujer valiente y luchadora por los derechos y la igualdad es Mary González de Cabanillas, una mujer policía sanjuanina a la que hoy toda la provincia llora por su partida, pero a la que sus grandes logros jamás permitirán que sea olvidada.
Debido a las secuelas que le dejó el paso del coronavirus por su cuerpo, Mary falleció el pasado 14 de agosto, precisamente fecha en la que se conmemora el Día de la Mujer Policía. Y sí, la primer mujer policía que logró acceder al cargo de comisario en todo el país, la que logró que las mujeres policías puedan de trabajar de pantalón como sus compañeros hombres y no de pollera, la que logró fundar una escuela dentro de la cárcel, entre tantos logros más, esa mujer no podía irse otro día, que el Día de la Mujer Policía.
Sus logros más trascendentales
- Fue la primer mujer en ser comisario en todo el país.
Todo el que la conoció la define como una mujer de carácter, decidida y una constante luchadora y defensora de los derechos, la igualdad y el ir “por el lado correcto” de la vida. Y precisamente esas cualidades fueron las que la llevaron a cumplir, a costa de mucho, todos los objetivos que se propuso.
“Estudiaba, se preparaba y hacía se hacía respetar. No podían negarle bajo ningún aspecto un ascenso, porque ella verdaderamente se lo merecía. Es más, fue una mujer tan trascendental, que en alguna oportunidad la llamaron del programa de Susana Giménez para contar su historia, sus logros, sus luchas, pero sus superiores de aquella época no la dejaron ir”, dijeron orgullosos sus hijos.
- Logró que las mujeres de la Policía usaran uniforma de combate (el que usan en la actualidad) y no pollera como lo hacían en ese entonces.
Este cambio no sólo tuvo que ver con la comodidad, con el dejar una pollera para pasar a la comodidad de los pantalones. Sino que con él, las mujeres dentro de la Fuerza empezaron a “ponerse los pantalones”, lo que les permitió dejar las tareas administrativas para poder salir a hacer tareas de calle.
Es que por aquellos tiempos, Mary se desempeñaba en la Brigada de Investigaciones. Era una apasionada por la investigación y conocía a cada uno de los delincuentes y su memoria era su principal arma.
“Antes en la Brigada teníamos unos libros enormes en los que guardábamos las fotos de cada uno de los delincuentes que atrapábamos. Cuando necesitábamos buscar algo en esos libros, yo me podía pasar la mañana buscando lo que necesitaba, pero Mary no. Ella se acordaba de todo y lo resolvía en un minuto”, comentó a Tiempo de San Juan Jorge Buchert, ex Comisario y compañero de Mary en la Brigada.
Si bien era excelente en sus tareas administrativas, a la Mary, como la nombran sus ex compañeros, le gustaba salir a la calle. Le gustaba investigar y después con sus propias manos terminar apresando a los delincuentes que había rastreado.
“A ella le encantaba la calle. En muchas oportunidades llegaba a casa después de toda una jornada de trabajo, descansaba un poco y se volvía a ir para hacer allanamientos. La calle, la acción y el cumplir con el deber eran sus pasiones”, dijeron sus hijos.
- Consiguió que la Alcaldía de Mujeres tuviera por primera vez un patrullero
Como jefa de la Alcaldía de Mujeres (un penal de mujeres que después se unió al Penal de Chimbas), Mary logró mucho. Siempre acompañada y respaldada por sus colegas, consiguió un patrullero para esa dependencia, que permitió, ni más ni menos, que mujeres comenzaran a manejar los vehículos de la Fuerza. De este modo, ya no dependían de sus compañeros varones para hacer el traslado de una mujer. El auto era un Torino que estaba abandonado en la Central y que habían remodelado para dárselo a ellas. Que no sea un 0km no les importó, ya habían logrado mucho.