Es porque desde este mes la empresa que estaba encargada de las tareas, Petersen, Thiele y Cruz, está trabajando para completar el techado de la estación aérea, de unos 1.200 m2. Pero llegó a un acuerdo para dejar las obras. Por eso ahora la intención es llamar a una nueva licitación antes de fin de año y retomar la construcción en los primeros meses del 2022, según dieron a conocer ayer fuentes vinculadas a esas labores. La salida tiene lugar después de cuatro años de iniciado el plan.
Después de muchas idas y venidas (ver aparte) el acuerdo al que llegaron Petersen, Thiele y Cruz y Aeropuertos Argentina 2000 (AA2000), que tiene la concesión de los 35 aeropuertos en el país, incluido el de San Juan, es que decidieron rescindir el contrato original, que incluía la remodelación integral de la estación aérea. Fue tras largas negociaciones en las que no se pudieron poner de acuerdo en cuanto al monto del ajuste de los trabajos, después de tantos meses de paralización y de los vaivenes económicos por los que atravesó el país, agravados por la pandemia del covid-19. Pero la constructora terminará el techado, porque había adquirido los materiales e incluso buena parte ya los tenía en el obrador en Las Chacritas.
Fuentes ligadas a los trabajos estiman que la colocación del techo demandará unos cuatro meses, es decir que deberían finalizarse para fines de noviembre. Mientras tanto, AA2000 llamará a licitación para completar el 80% restante de las obras, que es lo que se estima que falta. Sería antes de fin de año, con la intención de que la empresa ganadora retome las labores en los primeros meses del 2022.
No hay todavía un presupuesto estimado de cuánto costará completar la remodelación. La última cifra que se conoce fue de diciembre del 2019, cuando se calculaba que las labores iban a costar unos 1.000 millones de pesos. La cifra surgió de la última visita que hizo a San Juan el por entonces ministro de Transporte de la Nación de la gestión macrista, Guillermo Dietrich, pocos días antes de dejar el puesto. El 2 de diciembre de ese año, en compañía del gobernador Sergio Uñac, recorrió las obras de refacción del edificio de la estación aérea local y aseguró que iba a dejar todo listo para garantizar la continuidad de los trabajos. En ese momento nadie anticipaba el parate que iba a producir la irrupción del covid-19.
La totalidad del edificio es de 5.600 metros cuadrados, y en la primera etapa se encaró la construcción de 2.600 metros cuadrados.
Según el plan original, que ahora puede sufrir modificaciones, en la planta baja estaba previsto que estén los halls de arribos y partidas y de check in con 12 puestos de atención, se incorporarán 12 cintas con balanzas y una cinta colectora, a fin de mejorar el traslado del equipaje y el carrusel. También saldrán dos mangas de embarque.
También se ubicarán allí las oficinas para líneas aéreas y áreas de control, como Migraciones, PSA, Aduana y Senasa, confitería, locales comerciales y sanitarios.
En la planta alta habrá sectores de control de rayos con dos scanners y cerramiento corredizo, lo que permitirá flexibilizar el espacio y utilizarlo en caso de tener sólo operaciones de cabotaje.
Además, estará el sector de Migraciones con cuatro puestos de atención, sala de preembarque de cabotaje, que incluirá dos puertas de embarque y espacio de espera de 320 metros cuadrados, sala VIP, confitería y sanitarios.
Lo que ya se hizo es la repavimentación de la pista y las calles de rodaje y la capacidad del estacionamiento se triplicó.
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