Devoto de la Difunta Correa, el reconocido guitarrista y autor Ernesto “Negro” Villavicencio, siempre la invocaba antes de comenzar una actuación o frente cualquier contingencia de la vida y en los estuches de sus guitarras llevaba su estampita.
Por eso, en el marco de la XXXI Cabalgata de la Fe, el pasado 2 de abril, Ernesto Villavicencio hijo decidió donar al Museo de la Fe de la Difunta Correa, la guitarra de su padre con la que el artista aprendió a tocar.
El instrumento fue recibido en un acto por parte del gobernador de San Juan, Sergio Uñac, y la ministra de Turismo y Cultura, Claudia Grynszpan. De esta forma, y en una vitrina especial del Museo de la Fe, que atesora donaciones recibidas a lo largo de casi 200 años, se encuentra no sólo la guitarra sino también uno de los sacos con los que el artista solía actuar.
Una trayectoria intachable
Nacido el 30 de noviembre de 1940, en su honor la provincia declaró esa fecha como el Día de la Tonada. Y es que “El Negro Villa”, como se lo conocía, le legó a Cuyo la incorporación del guitarrón al folclore cuyano y cerca de 250 tonadas, entre los más de 450 temas que compuso, y que han interpretado cientos de artistas a lo largo y ancho del país.
Algunas de las canciones más conocidas son “San Juan por mi sangre”, “La del jamón”, “Cuando el corazón se quiere quedar”, “La tonada jamás morirá” y “Mi amor en una tonada”.
No tenía antecedentes musicales en su familia. Por eso, cuando le pidió a su padre Gabino que le regalara una guitarra, éste quedó sorprendido. Eran tiempos del terremoto del 44 y el dinero no alcanzaba. Cuatro años después y ya con ocho años, el pequeño Ernesto Andrés logró su cometido: Gabino le regaló una guitarra que le compró a un vecino.
Autodidacta, para aprender a tocar, Ernesto corría detrás de los altoparlantes que circulaban en automóviles por las calles. Escuchaba las guitarras que sonaban y grababa los acordes en su cabeza, que luego practicaba solo durante horas.
Con 18 años, en 1958, formó “Los Caballeros de la Guitarra” junto a su compañero Enrique Barrera, a quienes luego se sumó el guitarrista caucetero Pedro Berón.
El trío se consagró en 1968 en el escenario del Festival de Tango de La Falda, cuando se presentaron como acompañantes de Juan Carlos “Pinocho” Mareco. En ese espectáculo estaba presente Mariano Mores, quien los contrató para que actuaran en Buenos Aires.
En la capital los esperaba el reconocido “Viejo Almacén”, donde compartieron acordes con los mejores guitarristas del país, como Roberto Grela y Colacho Brizuela (guitarrista de Mercedes Sosa), entre otros.
En 1978, ganaron el Festival de Cosquín y recibieron el premio Revelación. Cuando Barrera decide regresar a San Juan, Villavicencio forma “Las guitarras argentinas”, junto a Carlos Peralta.
Como guitarrista acompañó a grandes músicos como Edmundo Riveros, Roberto Goyeneche, Enrique Dumas y Pichuco Troilo, entre otros. También fue guitarrista de cantantes de la talla de Mercedes Sosa (quien lo recordó cuando vino a cantar por última vez a San Juan, en la Fiesta de la Tradición), Ramona Galarza y Alfredo Ábalos.
Cuando componía tonadas, cuecas, valses o milongas, las enviaba a San Juan para que las interpretaran artistas reconocidos “El Gordo Páez” Oro, el dúo Mínguez-Barboza, Sisterna-Peralta o Viviana Castro.
“El Negro Villa” falleció el 17 de mayo de 1995, a los 54 años, en Buenos Aires. Cuando sus restos llegaron a la provincia, fueron velados en el Teatro Sarmiento y para su sepelio no faltaron las tonadas en su honor.
El Museo de la Fe
Ubicado en las adyacencias del Cuadro de Capillas y la Plazoleta del Promesante, en el Paraje Difunta Correa, el Museo de la Fe puede visitarse todos los días desde las 8 a las 20 horas, con entrada libre y gratuita.
Alberga unos 600 objetos donados y seleccionados especialmente para su exposición. Entre estos exvotos está el poncho que llevaba el arriero Flavio Zeballos cuando le pidió el milagro de encontrar sus animales a la Difunta; una camiseta de Boca firmada por Maradona; las camisetas de Leo Messi -que llevó Chiqui Tapia, presidente de la AFA- y las que llevaron Marcelo Gallardo, Ramón Díaz, Pato Filliol y Oscar Ruggeri; los botines de Emmanuel Mas; el pantalón que usó Carlos Monzón la noche que le ganó el título a Nino Benvenuti en 1970; discos de oro de la Mona Giménez y una toalla del cantante Sandro, entre otros.