Un equipo del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) anunció el importante hallazgo de un nido de titanosaurios de unos 80 millones de años.
El descubrimiento tuvo lugar en Brasil, donde había huevos de 12 centímetros de diámetro.
El organismo informó que en conjunto con paleontólogos y geólogos brasileños, los científicos hallaron el primer registro de nidificación de titanosaurios, grupo que incluye “las especies más grandes de dinosaurios”, en el estado brasilero de Tocantis.
Esta investigación, que fue publicada en la revista Scientific Reports del Grupo Nature, estuvo liderada por Lucas Fiorelli, Martín Hechenleitner y Agustín Martinelli, investigadores del CONICET en el Centro Regional de Investigaciones y el Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”.
Fiorelli explicó que “los titanosaurios fueron dinosaurios herbívoros muy diversos y ampliamente distribuidos en todos los continentes durante el Cretácico (período iniciado hace unos 145 millones años y culminado hace alrededor de 66 millones de años), pero con mayor diversidad en América del Sur, principalmente Argentina y Brasil”.
Para los investigadores, el éxito de los titanosaurios se debió -probablemente- a varios factores fisiológicos y ecológicos, además de una serie de rasgos morfológicos que lograron durante su historia evolutiva.
Sin embargo, Fiorelli señaló que el comportamiento de anidación en ambientes pasados “fue clave” para su descubrimiento.
Si bien fueron encontrados sitios de nidificación en todo el mundo -con registros notables en España, Francia, Rumania, e India- en esta ocasión, el descubrimiento de varios nidos en el Cretácico de Uberaba, el sitio más boreal de América del Sur, “provee evidencias claras de la primera área de anidación colonial de dinosaurios titanosaurios en Brasil”, aseguró Martinelli.
Los científicos aseguraron que esta especie llegó a medir hasta unos 25 metros de largo, en contraste con el tamaño de sus huevos, de aproximadamente 12 centímetros de diámetro.
“En realidad existe una limitante física y fisiológica para el tamaño de los huevos”, indicó Fiorelli sobre el llamativo tamaño.
Además, señaló que esta especie habría nidificado “en manada y en un área enorme”, construyendo “nidos masivos con decenas de huevos”, y posiblemente habrían tenido comportamientos filopátricos: “Algo similar a las tortugas marinas que regresan periódicamente a nidificar a los mismos sitios”.
Los investigadores señalaron que los titanosaurios de Ponte Alta adoptaron una estrategia de anidación de entierro y los huevos se incubaron en condiciones específicas semiáridas bajo calor ambiental, formas “comúnmente elegidas” por la especie para nidificar.
“Su éxito evolutivo se debió, entre otras cosas, a su gran adaptabilidad casi generalista para anidar de manera colonial en diversos ambientes”, expresó Thiago Marinho, paleontólogo e integrante del equipo de investigación.
Por su parte, Hechenleitner explicó en la web del organismo que “a partir de las asociaciones de cáscaras y huevos, y las características macro y microscópicas, fue posible comparar el sitio con nidos y huevos fósiles de otras partes del mundo, principalmente de los importantes sitios ya conocidos de la Argentina”.
Para los paleontólogos, esta publicación refuerza la importancia del municipio de Uberaba en el campo de la paleontología, al tiempo que aporta una nueva visión en el estudio de los huevos fósiles, ya que es la primera vez y de manera explícita, que se estudian huevos de dinosaurios desde el enfoque de la biología evolutiva y siguiendo la metodología sistemática taxonómica clásica señalaron desde el CONICET.