Ullum forma parte del lote de departamentos con conducción política cambiante a pesar de sostener a un mismo intendente. Leopoldo Soler era un soldado del senador Roberto Basualdo y pasó a ser uno de los defensores a ultranza del gobernador Sergio Uñac. En 2023, cumplirá ocho años como timonel del distrito de 4.387 electores. No podrá repetir. Por eso, la pulseada sucesora está desatada. Propios y extraños critican la gestión. Ya hay nombres de candidatos.
Actualmente, el jefe comunal es uno de los mayores defensores del Gobernador. Incluso, es parte de los impulsan un tercer mandato en 2023. El viernes 15 en la tarde armó una reunión en su casa junto a otros intendentes del oficialismo. Lo habían hablado durante un viaje con Uñac a Buenos Aires. Concretaron esa mesa de acción política y esperan que pronto haya “una cumbre de intendentes” donde participen todos. Soler sabe que su suerte está atada a las decisiones del mandatario provincial. No sólo porque le responde, sino porque tiene que poner un sucesor en Ullum y espera no quedar relegado de una potencial candidatura a diputado, ya sea departamental o proporcional.
El nombre del sucesor está entre sus dos hombres de confianza o un familiar. Por estas horas, suena su secretario de Gobierno, Alfredo Jofré, y el actual presidente del Concejo Deliberante, el ex futbolista César Molina. Mano derecha e izquierda del intendente. Aunque públicamente lo niegan. Es más, Soler dijo a este medio que “esto no es una escudería, el candidato será el que decida nuestro espacio” y antes habló de que “no se trata de herencias”. Pese a que sus críticos lo califican como “un patrón de estancia” que, conforme a eso, decide unilateralmente sobre cuestiones del municipio y en varias ocasiones “se equivoca”.
Quizá el hecho de esa naturaleza que más trascendió -se convirtió en tema de agenda pública nacional- fue la eutanasia a perros callejeros. La influencer y comediante Mar Tarrés salió a pegarle fuerte por la iniciativa. Los medios más leídos del país pusieron la lupa sobre las declaraciones. Decantó en una marcha atrás inmediata. “No soy un loco suelto que quiere matar perros”, se defendió Soler esa vez, “estamos hablando de una situación que es una idea”.
Ante esa y otras iniciativas o medidas, la voz opositora llegó desde el interior del Frente de Todos. La concejal Daniela Salinas, que es vicepresidente de la Junta justicialista y trabaja mancomunadamente con Domínguez, presentó pedidos de informe y mantiene un estilo discursivo de corte confrontativo. Lo último que salió a la luz fue el decreto 1119 de recategorización de empleados públicos. El quid de la cuestión es que tanto el secretario de Gobierno como el presidente del órgano deliberativo fueron recategorizados como planta administrativa. En las redes sociales, hubo escándalo.
Naturalmente, Soler expresó que “todo se hizo dentro de la ley” y comentó que el proyecto de recategorización lo presentó Salinas. “Lo planteó, se aprobó y me pareció bien”, dijo. También expresó que la edil no suele votar junto al Frente de Todos, sino que es una “rebelde” y no es “consecuente” con los lineamientos municipales ni provinciales.
Para entender esto, es necesario conocer la conformación del Concejo. Son cinco: Graciela Gil (Mejor nosotros), César Molina (Mejor nosotros), Silvio Pastén (Frente de Todos), Daniela Salinas (Frente de Todos), y Héctor Domínguez (Frente Con vos). La formación inicial tuvo a Gil como titular del cuerpo y -”producto de negociaciones”- al opositor Domínguez como pieza clave para garantizar la mayoría. Eso explicaron fuentes justicialistas. Pero el panorama cambió a comienzos de este 2022. Molina pasó a estar a cargo y la pieza importante pasó a ser Pastén, con quien logró los votos necesarios para la sanción de ordenanzas. Es parte del juego lícito de acuerdos y explica por qué Salinas es la “díscola” porque quedó como opositora.
Soler sostiene el poder municipal. Supo articular y no hacerse enemigo de nadie. De hecho, los detractores coincidieron en que se “desempeña dentro de los parámetros de normalidad”. El problema es que “no lo hace de forma transparente”, según la oposición. Es la anomalía que señalaron desde el orreguismo. “No es un municipio transparente ni ordenado”, dijeron desde el entorno de Romina Solera.
El ojo está puesto en “la información sobre los gastos de la coparticipación” y la “incompatibilidad moral y del derecho administrativo” que sucedió con la recategorización de los funcionarios de la planta política. Solera y -ahora- el concejal Domínguez están en pleno armado del equipo para enfrentar la campaña del 2023. “Hay gente del peronismo, del bloquismo y del Pro que está trabajando”, indicaron. ¿Quiénes? Prefieren mantener el silencio en ese tema. Pero lo cierto es que hay detractores de la Junta Departamental que pasaron a las filas amarillas. La líder del espacio es Solera y aseguraron que “tiene todas las ganas” de ser candidata a intendente una vez más.
El peronismo también presentará un candidato. “Tenemos que recuperar el departamento”, dijeron desde el entorno de David Domíngez que, además de ser titular de Junta, es el máximo exponente del Movimiento Evita en la provincia y director de Cooperativas del Ministerio de Desarrollo Humano. El Domínguez peronista está claro en su rol partidario. “Mantiene abierta la Junta para que los compañeros que tienen ganas de mejorar el departamento puedan hacerlo”, comentaron. Es decir, está en la etapa de canalizar las intenciones electorales. Eso no significa que no se presente en 2023. Sobre todo por el resultado de hace cuatro años, que lo dejó en un cómodo segundo puesto.
Puede caber el interrogante acerca de la posición que va a tomar Domínguez en relación al Evita. Cuando la vicepresidente Cristina Kirchner planteó el problema de las organizaciones sociales como parte de la “tercerización” del Estado, desde el movimiento nacional respondieron que van a acelerar los trámites para constituirse como partido. En San Juan no lo ven mal. Por el contrario, piensan que mejorará el debate político cuando el Evita se siente a la mesa y tenga poder de palabra. Pero, por ahora, no será él quien tome el mando. “Lleva 20 años de militancia en el PJ, no se va a ir”, graficaron algunos.
Por otra parte, los “compañeros” marcaron que Soler “no pudo solucionar los problemas estructurales” de Ullum. “Hoy el departamento no tiene un perfil, no somos productores como antes, pero tampoco nos decidimos por el turismo”, describieron desde la Junta. Asimismo, señalaron que el funcionamiento normal del municipio está dado “gracias a la coparticipación” y no a los fondos propios. “Queremos generar un proyecto superador para hacerle bien a la gente”, dijeron las fuentes.
Aunque conoce las críticas, Soler eligió ponderar de manera positiva a su potencial adversario. “Es un aliado importante, hace un gran aporte con los beneficios sociales, colabora para que haya una situación económica mejor”, resaltó. Acto seguido, al respecto de las aspiraciones al sillón municipal, dijo: “Me parece muy bien, está en su derecho” y hasta comentó que “antes yo también tuve derrotas y aún así seguí hasta ser intendente”.