No es ninguna novedad que el peronismo no logra consolidarse electoralmente en Santa Lucía. Tampoco logra una unidad interna. Después de dos años de la renovación, hay sectores que critican la conducción de la Junta Departamental, que está en manos del secretario de Promoción Social, Lucio González. Parafraseando al ex presidente Juan Perón, falta cohesión y solidaridad. Eso dicen. Sobre todo para enfrentarse con una fuerza que demostró que puede sostener la intendencia. Los hermanos Orrego llevan tres mandatos consecutivos y los dardos que el justicialismo intenta asestar no lo tocan. “Hay falta de estrategia, el rumbo es errado”, dijeron fuentes calificadas, respecto del rol opositor.
Por supuesto que esta es una realidad que es ajena para González y los suyos. Fueron lacónicos al responder: “Estamos trabajando bien, en unidad y para los santaluceños”. Sin embargo, desde la vereda de enfrente reafirmaron los cuestionamientos. “Para ser gobierno hay que dar un click, cambiar de perfil”, comentaron. En perspectiva, es cierto que los votantes del departamento se inclinan por candidatos de corte empresario/profesional. Los justicialistas Luis Martinazzo y Aníbal Fuentes fueron muestra de eso. Así como los hermanos Orrego son parte de una conocida familia de Santa Lucía y estuvieron dedicados a la abogacía. Es la lógica que busca consensuar la militancia de Cerdera, que está próxima a lanzar un espacio propio, en conjunto con la secretaria de Gobierno de la provincia, Nerina Eusebi, y el director de la Agencia Calidad San Juan, Eduardo D’Anna. Será una agrupación que no romperá con la Junta, al contrario, estará para “dar el debate” contra el tándem que hace González con el secretario de Transporte, Jorge Armendáriz.
La pulseada entre sectores es de vieja data. Comenzó cuando se rearmó la Junta. El gobernador Uñac dio la tarea a González de competir. El dirigente no convocó a Cercera, que entonces era primer congresal. Prefirió a Armendáriz y le dio ese puesto en la lista, relegando al anterior ocupante. Hubo fricciones. Bajo la lupa de la militancia de Cerdera, “los cargos de Junta son políticos y los tiene que ocupar quien tenga cargos electivos, no funcionarios”. No obstante, nunca dejaron de ir a la sede partidaria. De hecho, son parte de las reuniones ordinarias de los lunes. Eso sí, “no salimos en las fotos”, señalaron. Eso indica que “aunque nosotros no tenemos un problema personal, él sí tiene un problema con nosotros”.
Algunos operadores deslizaron que esto se debe a que “Cerdera es funcional de Orrego”. Las fuentes aseguraron que está “para dividir al peronismo” y que “busca hacer daño”, principalmente con sus declaraciones mediáticas. Añadieron que está “cegado” por ser candidato a intendente. Más que nada porque ya no puede repetir como concejal pues cumplió los dos periodos. Ergo, le queda ser aspirante al sillón municipal o a diputado departamental. Argumento que rebatieron desde el entorno del edil. “Funcionales a Orrego son los que no hacen bien las cosas para ganar las elecciones”, dijeron. Para ellos, la receta de corte asistencialista actual es el problema que frena a los votantes a dar apoyo al peronismo. La gestión de los programas provinciales es un factor que causa escozor.
En diciembre del 2021, luego de la derrota departamental en las legislativas, Uñac reunió a la tropa en el Sindicato Unión Obreros Estaciones de Servicio (Suoes) para hacer un balance de las estrategias. En ese encuentro, hubo unanimidad de la dirigencia santaluceña en el pedido de “abrir las puertas de los ministerios” para capitalizar la gestión de gobierno e impulsar el mentado “Modelo San Juan”. No hubo caso. “Todavía nos enteramos de algunas inauguraciones por la tapa de los diarios”, espetaron, “no hay articulación”. El ministro que pivotea entre González y Cerdera es Fabián Aballay, titular de Desarrollo Humano y el brazo más político del Gabinete provincial. Incluso participó de ciertas movidas de “pacificación” entre facciones. Eso llevó a que las roces no escalaran hasta ahora.
A este enfrentamiento se sumó, en los últimos días, el giojismo, que en un principio se había plegado de manera orgánica a la Junta. “Son viejos dirigentes como el Cachi Gómez y César Palacio”, que ahora manifestaron “estar cansados de escuchar siempre lo mismo”. “No hay un debate político, no hay un a dónde vamos y qué hacemos”, dijeron, y cerraron con: “No todo es armar bingos y operativos de Desarrollo Humano”.