Con la pandemia todavía golpeando a la Argentina y ante la esperanza de que la campaña de vacunación (cada vez más avanzada) sea un trampolín que nos devuelva a los abrazos y pogos compartidos, la industria de la música se levanta de la angustia para dar batalla. El temor por la vuelta de las restricciones o por un cambio repentino de las reglas del juego asusta a los trabajadores de este sector, quienes solían reunir multitudes en aquellos rincones creados para vibrar en una armonía hecha de canciones. Algunos lograron reinventarse al compás de las habilitaciones y otros no pudieron con el virus. En este contexto, hay dos verdades que resuenan: está claro que no resisten otro golpe, pero más evidente aún es la certeza de que se niegan a colgar los guantes y darse por vencidos.
Termina el show. El público se va y lentamente todos los que lo hicieron posible se unen formando un círculo. No se tocan. No se puede. Pero la conexión esta vez va por otro lado. Tienen los ojos empañados. De golpe, como si se vistieran de orquesta y estuvieran todos coordinados, van dejando caer las lágrimas. Uno de ellos es el dueño de S Music, Alejandro Varela, quien aquella noche de noviembre de 2020 experimentó su primer concierto en vivo tras meses de aislamiento. “Trabajamos en oficina, pero el corazón nos late cuando estamos en un concierto. La música no contagia coronavirus, contagia emociones, dice.
En lo más profundo de su alma soñaba con nunca más volver a vivir lo que había tenido que transitar desde que el Covid-19 aterrizó en la Argentina. Sin embargo, las restricciones fueron y vinieron siguiendo el pulso que marcaron los contagios, y esa sensación de “nuevo comienzo” se repitió una y otra vez.
El escenario de aquel reencuentro fue la Ciudad Cultural Konex. Al conversar con LA NACION, la gerenta de Programación y Contenidos del lugar, Noel Yolis, frena un momento a contemplar todo lo que sucedió desde aquel momento hasta hoy. Según destaca, tuvieron varios “primeros shows” porque la secuencia se repitió en otras etapas: con las restricciones que se fueron anunciando, volvieron a cerrar y volvieron a abrir; por eso, resalta que la emoción de esa primera vuelta que vivieron a fines del año pasado se fue “diluyendo” con el tiempo.