13 de noviembre de 1817: Belgrano escribe a Güemes.
“Compañero y amigo querido: Hágame V. el gusto de remitir la adjunta sin pérdida de momento, pues deseo que salga cuanto antes de Orán para Uquia la división de Vanguardia al mando de Madrid; porque además de lo malsano de aquel punto parece que la comida anda por alquitara y a las veces no la hay, tal habrán dejado los enemigos aquel territorio.
Se me olvidó hablar a U. el correo último acerca de postas. Yo quisiera que U. pusiese la mano en ellas, confiándolas a sujetos que no lloren mucho los males que les ha causado la Patria; porque éstos para nada sirven; podía U. confiar el encargo de arreglarlas a Dn. Pedro José Sarverri ¿De tanta mular que hay del Estado, que acaso no hay una familia del campo, pobres y ricos, que no las tenga, no sería fácil hacer una buena reunión para este objeto? En fin, mi amigo, mire U. ese ramo con predilección, sosteniéndole sus privilegios; pues es bien importante en todos tiempos y más en los nuestros.
Deseo a U. buena salud. Yo estoy atacado con mis dolorcillos por los huesos de la cabeza y cara que no me gustan mucho; pero siempre dispuesto en obsequio de U. como un constante amigo.
MANUEL BELGRANO
Tucumán, 13 de Noviembre de 1817.
Sr. Dn. Martín Güemes.
Salta.”
13 de noviembre de 1813: El general realista Pezuela, reconoce la posición del ejército de Belgrano.
Pezuela acercándose más al campamento patriota, estimó su fuerza, trató de adivinar el plan de Belgrano y dispuso todo para atacarlo al día siguiente. Al mismo tiempo el prócer, mientras esperaba el ataque enemigo fundaba su confianza en la victoria en tres cosas: en el espíritu que había sabido inculcar a sus tropas; en la superioridad de su bien montada caballería; y en las ventajas del campo de batalla que había elegido y estudiado de antemano.
13 de noviembre de 1811: Belgrano es designado por el Triunvirato, con el grado de Coronel (es decir jefe) del regimiento Nº 1 de “Patricios”.
A los pocos días del regreso de la exitosa misión diplomática al Paraguay, el Triunvirato confiere a Belgrano el empleo de Coronel de los regimientos que se han llamado números 1 y 2 y serán en adelante Regimiento Nro. 1 de Patricios. El oficio de nombramiento le ponderaba:
“(…) Si en todos los órdenes del Estado se exige un mérito y aptitud respectiva para que pueda llegar a concertase en aquél grado de armonía que constituye la columna de permanencia y principio de prosperidad de una Nación libre; respecto de la clase militar la idoneidad que le corresponde es una e insustituible y a más requiere conjunto que el Gobierno se lisonjea en hallar a Vuestra Señoría. En cuya virtud ha decretado conferirle el empleo de Coronel de los que se han llamado hasta ahora Regimientos Nro. 1 y 2 de Patricios, y serán en adelante “Regimiento Nro 1 de Patricios”. Lo que se comunica a Vuestra Señoría para que sin pérdida de tiempo pase a recibir un cargo que exige con apuros sus cuidados y atenciones.
A este efecto se comunican las ordenes correspondientes a fin de que el reconocimiento de Vuestra Señoría sea con toda formalidad de ordenanza, sin que pare perjuicio el Despacho que queda librado, y girando los tramites de estilo.
Dios guarde a Vuestra Señoría muchos años.
Noviembre 13 de 1811.
Señor Coronel Don Manuel Belgrano.
Excelentísimo Gobierno Provisional de las Provincias Unidas del Rio de la Plata (…)”.
Belgrano volvía a reencontrase con los Patricios, del que había sido su “sargento mayor”, nombrado por el virrey Sobremonte5 el 08 de octubre de 1806, confirmando la elección que sobre su persona, la habían realizado los oficiales de la “Legión de Patricios Voluntarios Urbanos de Buenos Ayres”. Pero esta vez lo hacía como su Coronel.
INB.
13 de noviembre de 1810: Belgrano escribe a Mariano Moreno. Dice no importarle su salud, y que sólo le interesa la Patria. Prepara la expedición al Paraguay; demuestra interés por el pueblo de Ensenada, y encomia las ventajas que ofrecerá. Hace referencias a un patricio sacerdote, su capellán el padre Arboleya.
“Mi querido amigo: Mi salud es nada cuando se trata de la Patria: lo que es mucho es, en verdad, la ineptitud de los oficiales, pero no pierdo instante de instruirlos, y de obligarlos a que se instruyan, leyéndoles la Ordenanza, siempre que se puede, y velando sobre ellos, a todas horas; por fortuna soy de poco dormir, y esto me vale mucho.
Crea U., mi amigo, que el Paraguay, de grado, o por fuerza, ha de caer en nuestras manos: se acercará a dos mil hombres, el Ejército, al entrar en la Provincia y con el número solo pienso imponer a todos aquellos malvados; desde el Paraná, mandaré el Estado General del Ejército para la inteligencia de la Exma. Junta.
Pronto espero de Lima un buen resultado; el fuego que la circunda y el atizador de Abascal, con sus prisiones, lo conducirá para que lo devore al mismo; que sea cuanto antes es mi deseo.
He celebrado la noticia de las medidas del Almirante, en cuanto al bloqueo, pues no crea U. que venga a visitarlos; les acomoda la desunión, y no darán la preferencia a ninguno: también creo que muy pronto habrá las contestaciones de los papeles que llevó mi elegido.
¿Qué tal lo haría?
Gracias por los esfuerzos de U. a favor de la Ensenada; ese Pueblo, muy pronto, dará a conocer a todos sus ventajas, y concluirá por mucho tiempo con las ventajas que había conseguido, injustamente, la insurgente Montevideo.
No puedo decir a U. el nombre del sujeto que me pide, pero créame que aunque para hablar en su Secretaría, enciérrese en su
Gabinete, y que no le oiga más oficial, que su dignísimo hermano a quien dará mis expresiones.
Es cierto que la Banda Oriental arde y arderá, mientras Yo no puedo ir a ella; Dios ha de querer que aquéllos, nuestros hermanos, sean socorridos aún más presto de lo que se piensa.
¡Cuánto me he complacido con la noticia de los fusiles! Adelante con esta empresa, y tratar de que se consolide el establecimiento, como igualmente, de poner en planta una fábrica de pólvora.
¿Por qué me ha olvidado U. tanto a nuestro Arboleya?, es muy buen Patricio, y no pierde ocasión de hacer servir su ministerio a la sagrada causa; dos veces ha predicado: en la Bendición de la Bandera, y el día de San Martín, con que envíeme U. esas licencias episcopales que tanto desea.
A nuestro amigo Dn. Juan muchísimas cosas de mi parte, igualmente a Alberti, Matheu, y al Señor que resuelve las consultas de Chile; de todos, como de U., soy verdadero amigo.
ML BELGRANO
Curusuquiatiá [sic], 13 de Noviembre de 1810.
Sr. Dr. Dn. Mariano Moreno.”