Se suele decir que los gobiernos que recién comienzan tienen cien días de gracia, en los que la oposición mantiene una tregua para dejarlos desembarcar en la administración pública e incluso para que las críticas prematuras no puedan malinterpretarse como golpismo. Pero en estos tiempos modernos, apurados por las redes sociales, todo se adelanta. A poco más de dos meses de haber asumido, Javier Milei recibió el primer desaire de la principal líder de la oposición: Cristina Kirchner.
La ex presidenta, que estaba manteniendo un prudente silencio frente al avance reformista del Gobierno, decidió volver a escena con sus ya clásicos textos, que en el pasado eran cartas y ahora se presentan como “documentos de trabajo”. Este documento se llama “Argentina en su tercera crisis de deuda”.
¿A qué se debe el regreso epistolar de CFK? La principal tesis que circula entre los diputados de La Cámpora es que CFK se vio en la obligación de salir a hablar (o escribir) porque el pasado 8 de febrero el periodista Roberto Navarro, dueño de El Destape, hizo una editorial en la que dijo saber “qué piensa Cristina” sobre Milei. “Cristina cree que Milei es hoy el político que mejor está haciendo las cosas en términos de técnica política, porque es el que más coraje tiene, porque es kirchnerista en su manera de obrar, es decir que siempre redobla la apuesta y nunca va para atrás, y cree Cristina que se encuentra con una dirigencia, incluyendo al peronismo, con poco coraje para enfrentarlo”, definió aquella mañana en su canal de streaming.
Las palabras de Navarro no cayeron bien en los oídos de la ex presidenta y comenzaron a correr versiones sobre cómo había llegado a esas conclusiones. Se especuló con que, en una charla con CFK, sobreinterpretó sus palabras, o que había reconstruido el pensamiento de la ex presidenta a partir de diálogos con dirigentes cercanos a ella, incluido el dueño de un medio. En la mañana del miércoles 14, cuando se conoció la carta de CFK, Navarro dio una explicación de lo que pudo haber pasado. “Se adelantó el tiempo en que pensaba salir a hablar. Supongo que por lo mal que cayó en la militancia su postura”, sostuvo el periodista y reafirmó su editorial de la semana anterior, aunque haciendo una salvedad: “Cristina no se contradice en esa carta. Antes hablaba de las formas y ahora habla del fondo, que para mi gusto es lo más importante”. La novela entre la líder y su periodismo militante promete más capítulos.
Interna
Detrás de la necesidad de CFK de dejar en claro su postura crítica con la gestión de Milei está en juego el futuro de la oposición. Hoy el peronismo y el kirchnerismo en la Cámara de Diputados se muestra homogéneo, pero está en duda cuánto se podrá sostener en el tiempo porque, sobre todo en la provincia de Buenos Aires, comienza a tejerse una interna que podría traer coletazos de magnitudes desconocidas. Todo se aceleró con la renuncia de Jorge Ferraresi a la vicepresidencia del Instituto Patria. El intendente de Avellaneda era uno de los líderes del Grupo Ensenada, que a fines del 2022 comenzó a reunirse con otros intendentes del conurbano bonaerense para impulsar la candidatura presidencial de Cristina, que luego se frustró.
Tras la derrota electoral de Sergio Massa, este grupo decidió reorganizarse detrás de “la única propuesta fuerte que quedó”, según dijo el intendente de Ensenada, Mario Secco, al día siguiente del balotaje del año pasado, el 23 de noviembre. Se refería al gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof. Esta intención del Grupo Ensenada busca presionar a Cristina para que libere la interna a una discusión más abierta y se ponga la renuncia de Máximo Kirchner al PJ bonaerense sobre la mesa para así poder proponer a Kicillof. Para Cristina es un desafío complejo por lo que representa cada uno en su valoración personal. La están obligando a elegir entre sus dos hijos: el biológico y el hijo político.