El joven deportista conmocionó al país con su partida.
Han transcurrido tres años desde que el deporte sanjuanino sufrió un golpe devastador con la pérdida de Alberto Wey Zapata. Un joven que, a pesar de las adversidades, se erigió como un ejemplo de resiliencia y pasión por el motocross. Hoy, en este aniversario, su legado sigue vivo entre quienes lo conocieron y admiraron.
Recordemos aquel fatídico día en San Agustín, Córdoba, donde el destino truncó la vida de este valiente deportista. Zapata, de tan solo 23 años, quien ya había enfrentado la tragedia con la amputación de su brazo izquierdo tras un accidente vial, perdió la vida en medio de una competencia de motocross. Su determinación por regresar a las pistas tras el incidente en la Ruta 40, en el que estuvo al borde de la muerte, no fue suficiente para evitar el trágico desenlace.
La historia de Wey Zapata es una lección de coraje y determinación. Después del accidente que le costó su brazo, muchos pensaron que su carrera había llegado a su fin. Sin embargo, él se aferró a su pasión y demostró al mundo que las limitaciones físicas no podían detenerlo. “Las probabilidades de que volviera a andar en moto para los médicos, los psicólogos y los psiquiatras eran prácticamente cero”, declaró en una entrevista previa a su última carrera. Pero su voluntad de hierro lo llevó de vuelta a la pista en tiempo récord.
El impacto de su partida se extendió más allá del ámbito deportivo. Políticos, deportistas y ciudadanos comunes se unieron en un coro de condolencias y reconocimiento. El gobernador de San Juan, Sergio Uñac, expresó su pesar y destacó la figura de Zapata como un símbolo de la lucha y el talento de la provincia. Incluso figuras como Daniel Scioli, quien compartía la experiencia de la amputación con el joven deportista, lamentaron su partida y el vacío que dejaba en el mundo del motocross.
En este tercer aniversario, los sanjuaninos y el país entero recuerdan con cariño a quien fue mucho más que un deportista: fue un ejemplo de perseverancia y valentía. Su legado perdura en cada salto, en cada competencia y en el corazón de quienes lo admiraron y siguieron su historia de superación. Aunque su vida se apagó prematuramente, el espíritu indomable de “Wey” Zapata sigue inspirando a nuevas generaciones a no rendirse ante la adversidad y perseguir sus sueños con pasión y determinación.
Fuente: https://diariomovil.info/
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