A las 8.30, los diputados de dos comisiones comenzarán con el debate del nuevo Código Electoral, en el que el foco estará puesto en los filtros de votos que deben superar las listas de concejales para pelear en la distribución de las bancas dentro de una misma coalición en cada uno de los departamentos. En el bloquismo ya habían adelantado que buscarán, de máxima, la eliminación de los pisos o, por lo menos, una reducción. ¿El fundamento? Si el mecanismo de votación alienta la participación, que todos aquellos sectores internos que compitan tengan la chance de entrar en el esquema proporcional de reparto.
El tema ha venido generando puntos de vista enfrentados desde que se viene hablando de un mecanismo electoral similar al de Lemas, el cual lleva el nombre de Sistema de Participación Abierta y Democrática. En general, y por lo bajo, los intendentes que buscan la reelección o aquellos que apuntan a poner a un sucesor aspiraban a meter en la elección 2023 los concejales que consiguiesen de su propia lista y no mechar con los de otras líneas internas. Sucede que, a la hora de la gestión, puede pasar que los ediles que no son del palo, aunque sean del mismo frente, tengan actitudes disidentes con el jefe comunal, al punto de llegar a jugar, en casos extremos, con los opositores. En ese sentido, los caciques territoriales ven que se puede poner en riesgo la gobernabilidad. En la otra vereda, señalan que debe primar la muñeca política en la conducción de un bloque de concejales diverso, además de que se debe tener en cuenta el nivel de representación de cada uno de los sectores que participan dentro de una misma alianza.
Al final, el proyecto abrió el juego, aunque con filtros, lo que, en principio, será el único punto debatible en reunión conjunta de la Comisión de Legislación y Asuntos Constitucionales (LAC) y la de Justicia y Seguridad. En ambas hay peronistas y un bloquista (Edgardo Sancassani), además de diputados de Producción y Trabajo y el Pro, de Juntos por el Cambio (JxC).
La iniciativa tiene el aval de siete bloques legislativos, que nuclean a 28 de los 36 diputados, y se caracteriza por un sistema de tributación. Es decir, los candidatos para una determinada categoría (por ejemplo, a gobernador) de un mismo frente, acumulan sus votos, los que van a parar a aquel que salió primero en esa especie de interna. El proyecto abre el juego en las diferentes categorías, con ciertos requisitos (ver recuadros). En las disputas departamentales, las bancas de concejales se reparten entre las alianzas rivales de acuerdo a los votos que cada una obtuvo en base al sistema proporcional D’Hondt. Ahora, la distribución de escaños entre diferentes líneas internas de cada coalición se realiza bajo ciertos requisitos. El nuevo Código estipula que participarán en la distribución de cargos, de un mismo frente, las listas de ediles que saquen una cantidad de votos superior a una “cifra repartidora” que surge de un cálculo (ver infografía). Las que estén por debajo, sus sufragios irán a parar a la que sacó más. Además, para estar en la distribución, las listas deben pasar un piso del 20 por ciento de la cantidad de votos que sacó la agrupación en total en el departamento. Las que cumplan esas condiciones, se aplicará, de nuevo, el sistema D’Hondt para el reparto de puestos.
Participación
El proyecto de Código Electoral abre sin límites la participación de candidatos a gobernador dentro de una alianza (denominada agrupación). Eso sí, cada línea interna (llamada subagrupación) debe armar su lista de diputados proporcionales y candidatos a intendentes y sus respectivos concejales en al menos 10 distritos, además de los legisladores departamentales. La primera iniciativa ponía un tope de hasta tres postulantes para la jefatura comunal por sector, pero, al final, se sacó el límite.
El otro reparto
Además de la lista de concejales, en la otra categoría en la que se produce un sistema de distribución proporcional es en la de diputados proporcionales. A diferencia de la de ediles, se trata del lista que lleva cada candidato a gobernador dentro de un frente. El primer reparto se hace entre las coaliciones rivales, de acuerdo a los votos obtenidos y en base al sistema D’Hondt. Luego, en cada alianza, hay requisitos, como para los concejales, para llegar a la nueva aplicación del esquema proporcional.