Desde luego, ponerte a dieta no será lo más sencillo y divertido que puedas hacer en tu vida. Las restricciones, la presencia de la ansiedad y la posible ausencia de resultados, puede hacer que tires la toalla. Por supuesto que todas las dietas no son iguales, pero hay veces que te estancas y desconoces el porqué y, sobre todo, cómo salir de ahí. Por ello, la dieta inversa puede ser tu solución.
El nutricionista Alberto Blanco explica que la dieta inversa consiste en un ligero aumento de las calorías que puedes tomar, con el fin de acelerar el metabolismo tras periodos de pérdida de peso y posterior estancamiento. «De esta manera, se podrá continuar posteriormente con la pérdida de peso o establecer un mantenimiento del mismo».
«Esta dieta está dirigida a personas que hayan perdido mucho peso, se hayan estancado en esta pérdida y todavía estén en valores de sobrepeso y obesidad», indica Blanco. También puede ser útil para aquellos que ya hayan conseguido su objetivo de perder peso, porque así podrían prevenir un posible efecto rebote, restableciendo el número de calorías que necesita el organismo.
Y es que en esos momentos de frustración, al no ver una mejora de peso, podemos aumentar la cantidad de calorías (y de comida). Por lo que el paciente se sentirá más a gusto que restringiendo cada vez más la cantidad de comida, con el hambre que eso puede conllevar.
Por otro lado, podría ser interesante para deportistas que hayan hecho una definición muscular, pues es un periodo en el que la ingesta calórica se suele limitar bastante en comparación con el gasto calórico que tienen.
En cualquier caso, no existen todavía evidencias científicas que prueben la efectividad de esta dieta. Así que lo importante, al igual que con el resto, es estar supervisada por un dietista-nutricionista, que será quien lleve el control calórico de la misma.
Posibles contraindicaciones
Blanco manifiesta que en personas sedentarias puede generar un aumento de peso y grasa corporal. Además, este tipo de dieta se centra demasiado en el número de calorías, en lugar de fijarse en la calidad de las mismas. Esto puede generar mayor ansiedad y estrés, especialmente en personas que en dichos episodios tiendan a picotear.
Por otra parte, Guillermo Gómez, dietista-nutricionista y director técnico de Nuttres, comparte que esta dieta suele confundirse con volver a la ‘libertad’ o flexibilidad pasadas, donde las comidas trampas o saltarse el régimen indicado hacen sobrepasar las calorías y se baja la calidad de las comidas.
Esto puede hacer que se produzca una mala relación con la comida, induciendo al pensamiento premio-castigo y aumentando la probabilidad de un trastorno de la conducta alimentaria.
Para quienes quieran llevarla a cabo, Gómez señala que el concepto saludable debe seguir presente. «Esto requiere continuar con el control de las porciones y reducir la flexibilidad de alimentos menos sanos; aumentar el NEAT, es decir, las actividades rutinarias que provocan un gasto calórico en nuestro cuerpo; y seguir entrenando».
«Así, los pacientes y deportistas que han continuado con el proceso de manera correcta han aumentado su metabolismo basal y su ingesta calórica sin ganar demasiada cantidad de grasa, como mucho un kilo o kilo y medio», expone el nutricionista. Sin embargo, otros piensan que esto significa volver a la flexibilidad anterior y ganan peso muy rápido o de forma más prolongada. «Por eso, esta dieta no es para todo el mundo».