Pasan los años y los papás y mamás se van poniendo grandes. Son los que nos dieron la vida y los que nos ayudaron a crecer. Están más grandes, transitando ya la tercera edad, pero ese no es un motivo para que, conforme pasen los años, ignoremos su capacidad de decidir y su derecho a dar su opinión. En tanto, ¿cómo podemos ayudar a nuestros padres cuando están más grandes? ¿Cómo ayudar a enfrentar esta etapa de pérdidas y cambios sin invadir, pero a la vez, ayudando en aquello que no pueden? TE PUEDE INTERESAR: Geriátricos, con mascotas: de qué trata el proyecto de ley para permitir el ingreso de animales En esa línea, realizamos un informe especial junto a Alejandro Schujman, licenciado en psicología (M.N. 13.486), especialista en familias y vínculos, con el propósito de poner foco en “padres jubilados e hijos adultos, ¿una relación con cambios?”. “Seguimos siendo hijos, pero tenemos que cuidar de aquellos que nos cuidaban. Que antes eran los que nos sostenían y ahora son vulnerables. Y tenemos que encontrar ese equilibrio para no quitarles autonomía pero, al mismo tiempo, estar ahí para lo que precisen”, destacó la especialista en medio de la entrevista para Conexión Jubilados.