Una vez instalado allí, envió partidas de soldados para verificar las posiciones enemigas y levantar en armas a los pueblos linderos a Salta. Los informes recibidos comunicaban la presencia de realistas en Lagunillas y en otros puntos estratégicos.
Desde cobos, Belgrano se llegó al pueblo de Campo Santo, más precisamente al hoy Ingenio azucarero San Isidro, propiedad de la familia Cornejo que había sido fundado en 1760 por el Coronel de milicias reales don Juan Adrián Fernández Cornejo, quien instaló su trapiche en la “Hacienda de la Viña de Sianca”. Luego de una entrevista con los propietarios, estos le ofrecieron a Belgrano toda la extensión de su sembradío de caña de azúcar para alimentar las caballadas y los mulares. Por este motivo, aquél año no hubo zafra en el Ingenio por ponerlo a disposición de la Patria.
De esta forma durante todo el día 16 quedó el Ejército allí descansando y alimentándose: tanto hombres como animales, para continuar la marcha para liberar a Salta del yugo realista.