Las Leonas no pudieron en la final. Más allá de su nivel en la definición, porque enfrente nuevamente se les plantó su equipo verdugo, Países Bajos, que le había ganado con mucha superioridad la final de los Juegos de Tokio el año pasado, y este domingo repitió en la final del Mundial, cuya final se jugó en España, donde las naranjas festejaron también por 3-1. Otro resultado inapelable.
De hecho, al minuto ya se dio el primer fijo para la Selección, generado por Agustina Albertario, como siempre, entrando por derecha, cuando la bocha tocó el pie de una defensora. La jugada era buena, buscando un desvío de María José Granatto, pero las europeas la sacaron en la línea. Aunque enseguida hubo otro corto, que Agustina Gorzelany buscó por arriba, pero se le fue afuera. No se aprovechó, lástima.
Argentina domino cinco minutos más pero comenzaron las imprecisiones, provocando que las chicas perdieran la pelota, por lo cual Eugenia Trinchinetti y Agostina Alonso debieron prodigarse en el medio para cortar los avances de las naranjas, quienes llegaron más que las argentinas hasta el final de los primeros 15.
Ya en el segundo chico, las neerlandesas se habían acomodado mejor y, luego de una defectuosa salida nacional, llegó un ataque frontal de las europeas, que forzaron su primer corto. Yibbi Jansen disparó directo, Belén Succi -se retiró tras sumar 270 partidos y 23 medallas, 12 de oro- tapó pero la bocha quedó suelta y aprovechó Maria Verschoor para meterla. Argentina pidió el video umpire argumentando que a Succi la habían obstruido, pero los jueces no se lo dieron: 1-0 y Argentina perdía su “VAR”. Países Bajos ya había demostrado la diferencia de eficacia, clave en los 60 minutos.
Las Leonas, campeonas 2002 y 2010, sintieron el golpe y no pasaron más la mitad de cancha. A los 5′, tras una infracción intencional fuera del área, llegó el segundo fijo para Países Bajos, que esta vez Succi sí pudo sacar lejos. La gente comenzó a corear su apodó: “Goofy, Goofy”. Había más argentinos -o eran más ruidosos- en las tribunas colmadas del catalán Estadi Olimpic de Terrassa.
Frederique Matla, que había fallado el corto, contó con su revancha enseguida. Un flick que no contó con la cobertura de Valentina Costa Biondi le llegó claro a Leurink Laurien, quien alargó la bocha a la delantera que se había escapado de de la defensa, para llegar hasta Succi y vencerla con facilidad. También con más facilidad de lo esperado, Países Bajos ganaba 2-0 la final. Y así llegó el descanso largo porque la 1 de argentina pudo desviar dos cortos más, siempre sobre su palo derecho. Si Argentina no cambiaba, el destino estaba escrito.
Argentina emparejo ya desde el arranque del tercero, e incluso sumó un par de incursiones en el área rival en los primeros cinco minutos, pero las neerlandesas también demostraron ser prolijas en defensa, y ni cortos sufrieron.
De hecho, hasta salían con prolijidad y clase desde abajo. Así llegó el tercero, de Felice Albers, un golazo que se gesto desde el área propia triangulando para avanzar y originar una contra letal. De libro.
Obviamente, para el cuarto había que salir a lo Cholo Simeone, con el cuchillo entre los dientes. Por eso, ya de entrada, Argentina forzó un corto que pudo meter Gorzelany, quien al menos terminó como goleadora del Mundial, con ocho tantos.
Lo malo para las chicas es que a las neerlandesas no se les movió la estantería y siguieron jugando con solidez. Incluso forzaron un corto a falta de cinco minutos. Dudoso, pero Argentina ya no tenía derecho a pedir el video umpire, perdido en el 1-0.
Así finalizó el partido, con las neerlandesas festejando otra vez, y las argentinas, tristes. Quizá puedan consolarse con que hicieron un gran Mundial y perdieron ante el mejor equipo del mundo, y no solo porque el ranking se haya dado la mano con la definición. En el torneo lo demostró.
(Fuente: Olé)